> Dime un grupo de jugadores que se considere a si mismo un grupo de
>malos jugadores.
No conozco ninguno, de eso se trata.
>Dime un grupo de jugadores en el que uno de ellos haya dicho: "Mi
>pj esta acojonado, le tiembla el pulso y creo que debería restar 20
>a mi ataque con
arco."
El mío ;-)). En serio, esa situación en concreto no se ha dado pero sí muchas parecidas, el jugador decidía cosas que le perjudicaban mucho o incluso le ponían penalizaciones por interpretar su personaje como consideraban que era adecuado. El humakti de mi grupo de HW acaba de abandonar su objeto mágico más querido porque no se considera digno de él.
Otras veces la iniciativa parte de los demás jugadores, y por qué no del Master y el jugador está de acuerdo.
En cualquier caso, mi mensaje no adopta una posición extrema. Sólo me parece que lo de hacer huir o quedarse paralizados por el miedo coarta la libertad del personaje si no hay magia de por medio o es una situación muy muy muy excepcional (y puedes argumentarme que un 1% es excepcional pero yo no lo dejaría tanto al azar sino primero una situación realmente excepcional y luego un porcentaje mayor).
En cuanto a las penalizaciones, sí estaba de acuerdo con imponerlas en situaciones en que el Master lo considerara adecuado, pero con mucho cuidado, como parte del ambiente y de la historia. Igual que puedes decir que el calor de la gruta es sofocante y tienen un -5% puedes decir que la tumba irradia un aura tenebrosa y tienen un -5% por que tiemblan de miedo. Pero lo que yo no haría sería tirar mecánicamente los dados cada vez que se encuentren un bicho feo que no han visto para ver si el horror les impide actuar todo lo bien que podrían. Quizás es que me gusta el modo heroico. Influirían tantos factores distintos en ello que lo mejor es no establecer una regla concreta, como dicen por ahí. En cualquier caso, para terrores mundanos preferiría las tiradas de rasgos de personalidad modificadas por la situación y trataría de dejar un márgen de libertad.
Es cómo si utilizan Habla Fluida con un pj. Yo no obligo a actuar de determinada manera, sino que describo y el jugador obra en consecuencia.
Saludos terroríficos,
Antonio
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