Yo creo lo mismo. Los elfos adoran a Halamalao, la luz que no falla, dios de la luz y el calor circundante. Los humanos tienen una percepción incorrecta de él y sólo son capaces de ver el disco solar y la luz del domo, ya que no pueden percibir la luz y el calor de Halamalao en la Canción. Halamalao es un dios al que suelen seguir elfos inmaduros, inflamados de su canción aventurera. A veces los elfos jóvenes descubren a Halamalao en la Canción y entonces sienten el deseo de partir fuera del Bosque a conocer nuevas tierras. Otras veces, los adoradores de Halamalao llevan la parte más importante en la defensa del Bosque. Normalmente, cuando un elfo madura y echa raíces, abandona a Halamalao por un dios más sedentario.
En mi opinión, se trata de un caso de dos pueblos que adoran al mismo dios (lo que discutimos hace poco). De manera muy temprana, durante el Imperio Dorado de Osentalka, los elfos del Concilio identificaron a Halamalao con el naciente culto de Daysenerus/Yelmalio e iniciaron una fructífera alianza. Desde entonces creo que existe la firme conciencia entre los elfos de que el Yelmalio al que adoran los humanos es Halamalao, si bien los sentidos humanos no lo permiten apreciar en su perfección. Puesto que los elfos de Halamalao suelen viajar bastante, es posible que tengan tratos, colaboren, o incluso ingresen en los Templos de la Cúpula Solar u otros templos de Yelmalio. Pero para la iniciación seguirían sus propias reglas. Del mismo modo, los yamabushis de las Islas Orientales podrían no haber oído nunca hablar de Nysalor, el Imperio de Osentalka y los Templos de la Cúpula Solar de Peloria, sólo que adoran a una deidad identificable.
> Respecto al menu de los yamabushis, no creo que coman mucha carne de
> todas formas.
:-((( Bueno, de todas maneras, molan.
> De todos modos tienen a los elfos al lado que tienen que ser
> los mejores cocineros vegetariones que uno pueda imaginarse, ¿no?.
Eso sí.
Saludos,
Antonio
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