Sigo dando el peñazo con la historia de Joskin, para explicar como veo a los científico-racionalista-esotérico-extraplanares hechiceros gloranthanos (versión HQ). Tal vez os sirva para dar algún aumento a vuestro personaje hechicero HQ ;-)))
Zalmoxis, el maestro de Joskin, decía siempre que el Conocimiento era como el área de un triángulo equilátero formado por el Estudio (que remite a la tradición de los sabios del pasado), la Experiencia (o contacto personal con el objeto de análisis) y el Pensamiento (amplificando el poder de la voluntad mediante un proceso de depuración de la esencia que forma la psique). En su opinión, el aprendizaje era el proceso progresivo de ampliación de esta área mediante la prolongación equilibrada de sus lados. Zalmoxis también decía en privado cosas como que Dios era el área de un triángulo equilátero de lado infinito, pero en cualquier caso respetaba las normas de libertad religiosa de la Escuela y no trataba de adoctrinar a sus alumnos.
Lo primero que tuvo que aprender Joskin fue a leer y a escribir, pero no en su lengua materna, sino en el antiguo idioma de los waetargis. Esto era indispensable, ya que los antiguos tomos sobre conocimiento acuático y la Regla de Debaldan están escritos en este idioma y el difícil código de los grimorios está basado en esta lengua. Además, Zalmoxis insistía en que la escritura es el entrenamiento perfecto para depurar la esencia de la psique; los que dominan este antiguo arte son capaces de fijar sus pensamientos en la piel de pergamino, ayudando a su concentración y disciplina mental y permitiendo progresivos niveles de abstracción y selección de lo útil en el flujo inestable de palabras que alborotan la mente; además, la escritura es un elemento clave para entender uno de los secretos de la hechicería: hay una relación mágica entre los símbolos y las cosas que representan. Las palabras son símbolos puros, esencias del pensamiento y por eso son indispensables para lanzar un conjuro; la palabra "agua" en la lengua waetargi contiene parte de la esencia abstracta del agua y de los principios que rigen su funcionamiento y tiene una conexión esencial con la más abstracta Runa del Agua.
Otra habilidad básica para el aprendizaje posterior es el desarrollo de la Vista Simbólica, esa especie de sexto sentido que distingue a los verdaderos investigadores del común de los mortales. Mediante la Vista Simbólica, el hechicero puede trascender el velo de la banalidad y contemplar directamente las leyes, runas, fuerzas y energías que rigen el funcionamiento del mundo, permitiéndole extraer conclusiones abstractas y generales de sus observaciones. Así pues, Joskin aprendió a contemplar durante su aprendizaje lo que los debaldanos llaman las Corrientes de Esencia, ríos de fuerzas invisibles que mantienen unido y activo el universo. Es un espectáculo impresionante observar mágicamente los innumerables perfiles y reflejos de una sola gota de agua deconstruida con la percepción mágica; sumergirse y detectar las corrientes esenciales submarinas –todos los aprendices de la escuela de Debaldan deben saber nadar- es como volver a nacer.
Cuando hubo alcanzado un dominio razonable de estas dos destrezas, Joskin pudo introducirse en un segundo nivel de conocimientos derivados y aprender lo que los waetargis llamaban Conocimiento Acuático, una ciencia que abarca desde el conocimiento de los doldrums y otras corrientes marinas hasta la naturaleza alquímica del elemento, pasando por la zoología acuática. El aprendizaje se basa tanto en la consulta de los antiguos tomos copiados de los waetargis hace siglos como en la práctica de la Alquimia y la disección de animales en el laboratorio; Zalmoxis enseñó a sus alumnos distintos procedimientos para alterar el carácter y la composición del agua e incluso el conjuro de Vaporizar en su versión vulgar. Los alumnos pudieron comprobar como el uso del conjuro reducía significativamente la cantidad de calor necesaria para producir la transmutación; puesto que la esencia de Joskin era especialmente pura para canalizar la energía, éste consiguió vaporizar el agua sin encender el fuego, ante la mirada atónita de sus compañeros. El anciano realizó además alguna transmutación mayor (primero agua en mercurio, luego mercurio en aluminio sólido), para que los alumnos pudieran contemplarla con su Vista Simbólica. Otro campo de estudio interesante era la Regla de Debaldan y las alegorías míticas asociadas a ella; pronto empezó a ver más allá de las metáforas reflejadas en las historias para decodificar su sentido abstracto. Descubrió entonces como en las historias de Debaldan había codificadas instrucciones precisas de índole práctica, como aquellas referidas a proporciones y procesos alquímicos. Aprendió que hay que saber leer las esencias más allá de las apariencias.
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