[G] Descripciones del plano divino (I) Estático

Write haof XML files: Antonio Álvarez del Cuvillo <antalvarez1976_at_...>
Fecha: Mon, 07 Nov 2005 10:37:39 +0000


A ver, para pintar como veo el plano divino en plan estático, describo  un ejemplo de una búsqueda heroica de Humakt que dirigí (representada por un humakti, con compañeros variados de apoyo). Todo lo que no me acuerde me lo invento, y voy haciendo digresiones para explicar variantes posibles.

Vale que es largo, pero creo que puede dar ideas directas para el juego: (voy en dos partes)

Lo primero es el Templo. Un humakti sabe que el dios está presente en todas las batallas, en todas las espadas, y en todos los momentos en que un alma abandona su cáscara humana, pero también sabe que está especialmente presente en el templo. Nuestro templo puede ser un dolmen de corredor, pero de proporciones gigantescas, en forma de cruz, en una colina algo alejada de las tierras del clan, que los bárbaros saben que estaba allí antes que ellos y a donde vienen a veces peregrinos visionarios de los clanes cercanos. El devoto sabe que el templo es Humakt, que contiene a Humakt, y también, que es la "casa" de Humakt. Sabe que el templo está de algún modo simultáneamente en este mundo y en el Otro. Humakt sobre todo está en la imagen de ébano negro que preside siniestramente la estancia y contempla a sus adoradores con sus ojos vacíos mostrando el rostro de la muerte.

Lo segundo el Sacrificio. Después de un tiempo de ayuno, preparación y rezos, los cultistas sacrifican un toro negro a Humakt (y Humakt es el toro, es la espada y es su muerte). Este animal es especialmente propicio porque tiene una mancha blanca en la frente que podría identificarse con una cruz (bono a la tirada para abrir las barreras). Los adoradores se bañan en la sangre del toro (estilo Mitra) para revestirse de Humakt. Entonces comienza la Danza de las Espadas, todos bailan con sus armas, representando ritualmente un combate perpetuo, aunque la única música es el silencio y el rechinar de las espadas; las espadas de los humaktis centellean en la oscuridad del dolmen creando contrastes de blanco y negro, como contrasta en el silencio más absoluto de la muerte el rechinar de las espadas. Los danzarines mantienen una actitud propicia: su danza es un autosacrificio, es una entrega al dios, un abandono en los brazos de la muerte como el que preside al guerrero inspirado en la batalla (RQ: sacrifican PER o PM o lo que sea).

Lo tercero es el Plano Divino. El seno de Humakt. A partir de ahora todo será como un sueño, el espacio y el tiempo se relativizan, aparecen cosas que antes no estaban y se ve como lógico, un personaje puede convertirse en otro, etc. Estas cosas pasan en los sueños. La única diferencia es que cuando despiertas de un sueño, por más real que te pareciera, de das cuenta de que era un sueño. En cambio, cuando vuelves del plano divino te da la sensación de haber despertado por un momento, haber vislumbrado la realidad, y luego haber vuelto al sueño de la vida cotidiana. El tintineo de las espadas entrechocando es mucho más puro, y mucho más perfecto es el silencio de fondo; el centellear de las espadas es de una luz más brillante de lo que puede concebirse, y al mismo tiempo la oscuridad más intensa de lo que la mente humana puede imaginar; el contraste entre blanco y negro, silencio y música de las espadas, alcanza la perfección. El templo es el Salón de las Espadas y los danzarines (ahora un número indeterminado de guerreros) sois los Einrhejar, ahora la danza es una batalla eterna, pero muy real y ahora os despedazáis unos a otros, pero, como en un sueño, volvéis a estar enteros para seguir peleando. Ya no hay una imagen de ébano, sino que el propio Humakt preside el salón sentado en su trono contemplando la batalla con sus ojos vacíos; le hablas, pero no acuden palabras a tu boca, sólo hay silencio y combate; él tampoco habla, sólo observa con el rostro de la muerte. Experimentas la eternidad, la batalla eterna que es la existencia, no es que estés por un momento pegándote con los Einrhejar, es que participas eternamente en una batalla que se remonta de manera insondable a un pasado y a un futuro infinitos. Siempre has estado allí, y siempre lo estarás, porque eres uno de los Einrhejar. Además, como con el templo y la imagen, sabes que Humakt no es sólo la figura que observa en su trono, sino que es todo el Salón de las Espadas, todos los guerreros que danzan, es la luz y el rechinar de sus espadas, es la batalla completa y los miembros arrancados, es la oscuridad y el silencio. Tú mismo eres también Humakt. Estás dentro de Humakt y sabes que él está en ti.

Digresión 1: si eres un simple iniciado y has venido aquí a aprender la afinidad humakti de combate con espadas (en HQ los iniciados aprenden afinidades, cosas globales, runas genéricas mientras que los devotos aprenden proezas concretas que el dios hizo en la mitología), no necesitas vivir ningún mito, basta con esta experiencia de la batalla eterna. Algo te hace regresar, y cuando vuelvas resulta que has experimentado estar eternamente combatiendo con los Einrhejar, siendo Humakt y ahora puedes llamar a Humakt para que viva en ti cuando estás combatiendo. Basta la visión estática del plano divino, bajo la protección de la "casa de humakt", las paredes espirituales del templo.

Digresión 2: si no eres teísta –por ejemplo un chamán kolatinga- y has venido aquí para la búsqueda heroica, el lugar te resulta aún más siniestro. Prácticamente no puedes respirar, te asfixias y respiras pesadamente, con la terrible sensación de estar enterrado vivo y no poder salir, la fuerza de la tierra sobre ti te hace derrumbarte por el suelo, al menos de principio; voces abominables te susurran que el que entra en la casa de la muerte no vuelve jamás (HQ: tienes un -20 a todas las acciones). Pero lo normal es que no intentes ninguna acción, porque sabes que si alguien hace algo significativo que no sea combatir en la batalla eterna, empezará una historia que a lo mejor nadie puede controlar; esperas simplemente que se desate la historia que has venido a representar.

Digresión 3: si eres un devoto lo suficientemente poderoso que viene a hacer una Búsqueda Heroica, puede ser que empieces directamente siendo Humakt, que está sentado en su trono contemplando la batalla eterna. Cuando Humakt empiece a actuar y salga de alguna manera de su "casa", empezará la historia.

CONTINUARÁ

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