Completamente de acuerdo. Para empezar los más evidentes, el control religioso, por parte de la iglesia (que es un interés mundano, se mire por donde se mire) y el control social por parte del estado. A partir de ahí todo tipo de intereses en función de las circunstancias personales o sociales.
Sólo quería decir que la palabra del inquisidor no era divina e infalible. Es decir, si el inquisidor quiere cargarse a un tipo porque sale con su amante no puede declarar que salir con su amante es una herejía, sino que acusará falsamente al tipo de una herejía de "verdad". En cambio, una acción contra los intereses del Emperador de dara-happa es siempre sacrilegio.
> Pues ese es uno de los contextos de "pensamiento" que quiero
> transladar a Glorantha. Ahí discrepamos, como siempre... ;)
Bueno, ahora no veo la discrepancia ;-)
> > La infalibilidad del emperador solar es muy distinta...
>
> Cierto. Acepto tus matices sobre la civilización Dara Happana.
> Tal vez sí sea interesante presentarlos como una teocracia
> "realmente" instaurada en la mentalidad popular...
> Aunque picaresca hay en todas partes, y los lunares no son
> mancos precisamente...
¡Por supuesto! Vamos por partes:
-Lunares no dara-happanos: no creen que el Emperador sea infalible.
-Dara-happanos iluminados: sólo creen que es infalible si eso les
conviene.
-Dara-happanos que no pertenecen a cultos solares, sino lunares: no
creen que el emperador sea infalible, son "modernos".
-Dara-happanos solares "desviados sociales": Creen que el Emperador
es un fraude, pero no lo dicen abiertamente, normalmente perderían la
magia solar, así que se cambiarán a otros cultos, o incluso a
sectas "malvadas" como el culto de Deshkorgos.
Y ahora la masa: dara-happanos "tipo". Piensan que el Emperador es infalible, es un concepto demasiado asentado en ellos. Pero tienden a creer inconscientemente que el Emperador dice lo que a ellos les conviene. La constante humana es la interpretación retorcida: interpretan las palabras, decisiones y decretos del Emperador en el sentido que a ellos les conviene.
Volviendo al ejemplo del inquisidor cristiano-medieval para ilustrar esto, la inmensa mayoría de ellos creerían realmente en Dios, e incluso creerían en el amor cristiano a los enemigos, eran patrones culturales muy asentados. Si tienen que torturar a un tipo (ya sea por intereses, sadismo o lo que sea) inmediatamente inventan una justificación: Sólo torturando al hereje puedo arrancarle una confesión y perdonarle los pecados. ¿Y cómo justifican la ejecución? "Yo me limito a declarar que existe herejía, es la autoridad civil la que condena en función del derecho público".
Es decir, cuando se trata de satisfacer nuestros intereses nos resulta más fácil inventarnos justificaciones para nosotros o para los demás que combatir abiertamente los patrones culturales firmemente establecidos. Retorcido pero humano.
Saludos,
Antonio
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