> Incluso como teoría de calvito bueno no me gusta nada. No me
>convence la idea de presentar a Sheng como un mal necesario y
>positivo, que mató al Emperador pero que enseñó nuevos secretos al
>Takenegi.
>
> Presentar al Emperador bajo la rectitud de los principios solares
> antes de su muerte, y que luego la 'oscuridad' de Sheng le permitió
> otras miras me resulta contradictorio en el Hijo de la Diosa. Da la
> sensación que la muerte lo 'iluminó'.
>
> Los lunares también pierden y no puede ser igual un Emperador con
>el alma herida o fragmentada, que con ella enterita.
No veo por qué no va a ser la teoría del calvito bueno. Aclaremos por
partes.
- "El Imperio está muy desmejorado desde Sheng Sheleris", "El Imperio
ha madurado desde Sheng Sheleris", son generalizaciones y cuestiones
totalmente subjetivas y valorativas que dependen de la perspectiva
del sujeto y de la cosa concreta de la que estemos hablando. Es
posible que como tema de la campaña podamos optar por alguna de
ellas, para dar un ambiente general. Por ejemplo, en la versión de
Urox, el imperio está más corrupto desde Sheng, traicionando en parte
sus viejos ideales, tema que es muy adecuado para una campaña
de "regeneradores de los viejos valores", por ejemplo. Ahora bien, el
hecho de que tomemos partido objetivamente (como en este caso), lo
cual no es ni siquiera estrictamente necesario, no impide que exista
otras versiones. Estoy seguro de que el calvito no va a decir en
público que las cosas están peor. No, no, dirá que "El Imperio va
bien", expresión lo suficientemente abstracta como para ser verdad y
mentira al mismo tiempo.
- Hay un tema mítico general que es el de la "Edad Dorada", que en
muchos casos no se ha considerado malo por el status quo dominante
(siempre que se vendan como regeneradores, léase España de los Reyes
Católicos y Franquismo). En este sentido, cabría imaginar que los
lunares, o muchos lunares se refieran a la época dorada de cuando el
Takenegi estaba entero. Sin negarlo del todo, no creo que esta sea la
versión oficial de las autoridades. Para Edad Dorada mítica tenemos
la... er... bueno, la Edad Dorada, que es ese pasado idílico de casi
todas las mitologías que forma parte de la mente humana. Ahora bien,
una vez la Edad Dorada fue arruinada por el bruto de Orlanatus, ahora
los lunares son partidarios del Cambio y tienen una conciencia
cíclica del tiempo. Las cosas no son estables, inmutables, tienen que
cambiar.
- No sé por qué te parece tan raro y "contradictorio" que al Hijo de
la Diosa la muerte lo ilumine. La propia Diosa es contradictoria y
dirige los cambios cíclicos en el tiempo. Eso quiere decir que a lo
largo de las Eras, Sedenya experimentó diversas transformaciones que
se corresponden con diversas lunas. Para llegar a Zaytenera, la luna
llena, es necesario pasar por diversas fases. En la mitología lunar
la Diosa nace, muere y resucita, y de su resurrección es cómo puede
resurgir renovada. El clásico tema del sufrimiento y la muerte para
alcanzar la resurrección y la vida es especialmente típico en la
mitología lunar. Si la diosa muere y resucita, creo que lo mismo hace
su encarnación terrestre, Teelo Estara, y el mismo proceso deberán
seguir mediante búsqueda heroica sus devotos. Pero es que incluso en
la propia mitología dara-happana, Yelm resulta Iluminado tras su
muerte, de modo que este conocimiento secreto es predicable incluso
de un emperador dara-happano.
- Eso no convierte a Orlanatus en "bueno", ni tampoco a Sheng
Sheleris. Ellos son malos, malísimos, son el Otro. Pero claramente,
en el Otro es siempre la otra cara del héroe, sin el Otro el héroe no
puede ser lo que es. El enfrentamiento con el Otro es lo que
proporciona al héroe su poder, en montones de historias mitológicas.
En lenguaje de arquetipos junguianos sería la Sombra. La Sombra no
deja de ser "mala", pero existe, y el héroe tiene que enfrentarse a
ella para madurar. Puedes rajar de Sheng Sheleris y de sus maldades y
llorar la destrucción que causó, y al mismo tiempo regocijarte del
resurgimiento del Takenegi (así, qué hubiera sido del cristianismo
sin Judas, Pilatos y toda la pesca, sin muerte no hay resurrección, y
no por eso son, en las doctrinas típicas, admirados). La Vía Lunar
extrema no es exactamente lo mismo que la Iluminación
(necesariamente), tú sigues siendo tú y el Otro el Otro, los papeles
no son intercambiables, pero el devoto lunar es capaz de contemplar
la Unidad Cósmica y ver cómo todo forma parte de una misma historia
de un mismo plan. Sigue habiendo buenos y malos (al contrario que en
la Iluminación), la vida es un conflicto de fuerzas, hay que asumirlo
y entenderlo. Y a tí, por supuesto, te tocaron los buenos.
- A mayor abundamiento, la historia lunar se interpreta con
parámetros mitológicos y es por tanto, cíclica. Como sabes, se mide
por Menguantes y cada uno de ellos se representa con una fase de la
Luna Roja. "Los lunares también pierden", por supuesto, pero es que
eso es parte del juego, parte de la historia. Así, el Imperio tiene
que sufrir, casi morir y renacer, lo mismo que la Diosa, lo mismo que
el Takenegi. No creo que la versión oficial de las autoridades
lunares asegure que el alma del Takenegi está herida y fragmentada;
al contrario, está completa y renacida. Sheng Seleris mató a los Egi
que reformaban al Emperador y hubo que desarrollar otro método. La
moraleja de la historia es que hay que aprovechar los golpes de los
enemigos para surgir con más fuerza, que es lo que hizo el Takenegi.
Ahora con las Máscaras es "mucho mejor" para el Imperio, como mínimo
tenemos una variedad de caracteres que provocan Cambio Cíclico en el
Gobierno pero manteniendo la Unidad de un mismo espíritu. Buen ideal
lunar, el de "Il Gatopardo" todo tiene que cambiar para que todo siga
como está.
Esto puede ser verdad o mentira, más probablemente una verdad parcial
puesto que "con el viejo Takenegi estábamos mejor" es un término
amplio y relativo. Pero es lo que creo que dirán los sacerdotes
lunares adictos al régimen: Takenegi fue astuto y surgió más fuerte
tras su enfrentamiento son Sheng. Sufrió, murió y renació como la
Diosa para garantizar un nuevo ciclo de plenitud.
Saludos,
Antonio