>Lo cierto es que no creo que convenga iniciar una discusi�n sobre la
>guerra civil americana. Simplemente trataba de hacer ver que no es un
>buen ejemplo (a mi juicio) el comparar la situaci�n entre Glorantha
>con el Caos, y Am�rica con la esclavitud m�s all� de que son (fueron)
>conflictos muy serios.
Lo cierto es que cada vez que ejemplificamos con cosas de la tierra se arma el mismo revuelo... (quien se acuerda de lo de la conquista??)
>Claro que dudar�a. Por supuesto. Y este es el origen de todo.
>Seguidores de un mismo culto (tradicionalmente gran enemigo del Caos)
>est�n dentro y fuera del imperio. Ambos obtienen respuestas a sus
>plegarias, magia y en general el favor del Dios. Pero tienen visiones
>distintas del Caos. Y el Caos en Glorantha es palabra mayor, basta
>para unir enemigos irreconciliables (�hay algo m�s extremo que un
>Hijo de la Luz y un Se�or de la Muerte de Zorak Zoran?), otra cosa
>ser� el futuro de esa alianza, pero la sola menci�n del Caos basta
>para formarla. (por cierto, que nadie me salga con lo de que Z.Z.
>afecta tanto a ley como a Caos y es violencia sin sentido, coged el
>sentido general, por favor:) ). �C�mo se interpreta esto? �Por qu� el
>Dios est� con ambos? solo uno de los dos puntos de vista deber�a ser
>correcto desde la doctrina del culto. Este es el origen de mis dudas
>y problemas, que no he visto aclarado en ninguna fuente, oficial o no.
No me parece; como dije hoy en el chat:
Me parece que es simple; hay DOS yelms, o sea, dos aspectos del mismo dios,
seg�n sus creyentes; no creo que el orlanth venerado en Prax sea el mismo
orlanth venerado en Dragon Pass; Adem�s un yelmalita de pamaltela tiene MUY
pocas posibilidades de encontrarse con uno de genertela, no hay
globalizacion.
>Desde dentro s� se "han dado cuenta" que es m�s f�cil y ventajoso
>para ambas partes el vivir en paz y de que se puede hacer realmente y
>no es tan grave. Pero ellos son tolerantes con el Caos y creen que
>tienen su lugar en el mundo.
Perdon pero NO. Ese es un punto de vista de Iluminado (el 1% de la poblaci�n). Los ciudadanos corrientes temen al caos como cualquier otro, y consideran a los bichos caoticos del imperio como abominaciones.
Alejandro
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