Si, es un tema sustancialmente distinto acerca de los cultos de héroe, llegar a héroe divinizado estará bien visto en casi todas las culturas. Pero llegar a dios de verdad estará mal visto por casi todos (los lunares una excepción). Un culto de héroe proporcionaría, en HW una o varias hazañas o como mucho una afinidad, pero muy concretita [nada de Muerte]; en RQ algún que otro conjuro espiritual o quizás algún conjuro divino.
Pero convertirse en dios es otra cosa. Creo que necesitas un campo de influencia importante, e independiente de tu dios (al contrario que los cultos de héroe, que, recordemos, están asociados al dios o subculto al que el héroe pertenecía). Eso rompe el Gran Compromiso. Yo creo que tienes que crear en el mundo algo absolutamente nuevo e importante, que no tenga sitio en los mitos anteriores (como la Luna Roja), o bien destruir completamente a un dios de verdad y ocupar su sitio (¿querrá hacer eso Harrek? brrr). En mi opinión, la primera posibilidad trae Caos seguro. La segunda probablemente.
> no acabo de explicarme por qué afecta a un cultista de Yanafal
> (o de Humakt...) y no a un ladino Aprendiz de Dios.
Porque el cultista realiza búsquedas heroicas conforme a los mitos, tratando de repetir una y otra vez las hazañas de su dios (incluso varias veces la misma BH en distintas formas) para parecerse a él; sin apartarse del camino, disciplinándose. El Aprendiz de Dios realiza Búsquedas Heroicas "salvajes", sin ninguna devoción por el terreno que explora y modificándolo todo a su antojo. Eso era lo que yo consideraba "robar"; que trae un conocimiento menos completo, menos comprensivo de las runas apropiadas, pero una mayor variedad y flexibilidad. El Aprendiz no está comprometido emocionalmente con la realidad en la que viaja, sino que la observa desde su malkionita perspectiva impersonal. La perspectiva de Arkat estaría, a mi modo de ver, a medio camino; él sigue cada sendero heroico con devoción, pero entiende las interconexiones y las utiliza. En cuanto a los lunares, yo creo que siguen con devoción los senderos de sus dioses (que deben ser bastante extraños, porque no hay historias de ellos en la época mítica) y se les recomienda explorar más libremente los senderos de los dioses no-lunares.
Saludos apoteósicos,
Antonio
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