RE: Guerra de dardos

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Fecha: Tue, 08 Jan 2002 17:27:58 +0000


Buenas!!!

¿GUERRAS DE DARDOS o COMPETICIONES DE DARDOS?

> Personalmente siempre he visto las Guerras de Dardos como algo
> parecido al Kanly de Dune, un conflicto entre las Grandes Casas
> de la nobleza lunar con ciertas reglas para "limitar daños".

Pues me gusta bastante...
(Era facil, que eso es trampa. Una referencia a dune es jugada segura)  

> Asi una guerra de dardos deberia declararse formalmente ante un
> representante imperial y despues de haberse presentado una
> oportunidad de conciliacion, de llegar a un acuerdo pacifico.
> Una vez rechazado este acuerdo se entraria en la fase
> de guerra abierta, siendo solo los miembros del clan enemigo y
> sus seguidores blancos legitimos, prohibiendose el uso de
> determinada magia, etc.

Pero no acaba de corresponderse con la idea que me habían dado las referencias de HW (que son las únicas que tengo...)

O mejor dicho, todo esto puede ser válido, pero yo ampliaría el concepto y lo haría parecerse más a un Torneo, o una especie de "Juegos" tradicionales que reflejen el honor de los nobles... Se trata de definir si son genuinas "Guerras" en el sentido de retos formales, o más bien "Competiciones" por el prestigio, que encubran las guerras subyacentes. No lo veo claro...

> Evidentemente el Emperador utiliza las guerras de dardos para
> minar el poder de los clanes que se vuelven demasiado poderosos,
> apoyando de forma encubierta a los clanes que codician su poder
> o haciendo la vista gorda a determinadas infracciones.
> De este modo en la terrible pugna en Carmania entre el casi
> exterminado clan Hafir y el peligrosamente poderoso clan
> Harkonner el gobernador de los Confines Occidentales favorecio
> varias veces al primero, como en la negligente investigacion
> del asesinato del Heresiar.... esto perdon Hierofante Brostagina.
>
> Urox

Buenooooo ...turbias referencias familiares... ;))) Ey, que eso no vale, las vendettas y reclamaciones tienen su sitio... en la Guerra de Dardos! ... Pues sí, tocan ahora. ;)

Me permito sugerir un debate abierto sobre el tema. A ver si alguien se pica y colabora!!! ;)

Y visto que la idea ha captado algo de atención en la lista (entre alevosos carmanianos...) pues aquí os largo el rollo de lo que tenía preparado hasta el momento.

Solo tengo hecha la parte "política".
Queda por concretar el contenido formal de las "competiciones". Ahí es nada...

ESTAIS AVISADOS... VIENE: EL TOCHO----------------------------------

El balcánico Imperio Lunar es un estado copuesto de múltiples nacionalidades, de las más diversas culturas, sometidas a la autoridad Imperial de un gobierno central fundamentado en una religión "oficial" (pero nunca excluyente) a través de la cual una eficiente clase sacerdotal-funcionarial regula la política. Todo peso real del gobierno recae en las robustas espaldas de los sacerdotes y sacerdotisas de la Diosa, sea de forma directa o mediada por cualquiera de sus cultos satélites. El Imperio es una Teocrácia.

Y toda la autoridad recae en el Emperador Rojo, que es a la vez el Jefe del Estado y del Ejército, y por encima de todo la máxima autoridad de la religión lunar, el Hijo de la Diosa... y el superior de todos y cada uno de los religiosos de su funcionariado eclesiástico. Aparte de recabar otros muchos cargos, como el que le convierte en la figura pública de referencia de los cultos solares, y por tanto acaparador de la lealtad de las familias nobiliarias de Dara Happa, el núcleo de su poder cortesano.

La principal ventaja que aporta el gran Imperio Lunar a sus integrantes es la capacidad de proporcionar estabilidad política y bienestar material, gracias a una boyante economía expansiva, en gran parte derivada de las continuas conquistas territoriales y un permantente cauce de esclavos extranjeros, pero también de una eficiente administración profesionalizada, y el favorecimiento oficial del comercio, la artesanía, la cultura y la vida ciudadana. Una auténtica Era de las Luces para los Ciudadanos del Imperio.

La fe lunar manifiesta un inusual eclecticismo y tolerancia, no impone una cultura invasora sobre las minorías, sino que su peculiar sistema de valores busca envolverlo todo con el manto de la Diosa Roja. Utiliza siempre la sutileza y la astucia para ir introduciéndose progresivamente y de buen grado en las costumbres y las creencias de sus súbditos, ofreciendo claras ventajas a quienes abrazan el camino lunar, entre ellas la concesión de la Ciudadanía a través de la inciación en sus cultos, o el servicio en el ejército.

Pero es evidente que entre las clases nobiliarias del poderoso Imperio, la lucha por el poder y por la influencia de cada una de sus familias y clanes, podría tal vez ser apaciguada por la estabilidad inamovible del regimen teocrático (en el que se puede pretender influir pero ante el que hay que plegarse) mas nunca podríamos esperar que fuera a desaparecer. Y si una vida regalada, lujosa, refulgente, ahíta de placeres, puede atemperar los ánimos de muchos conspiradores, finalmente acaban despuntando de nuevo las ambiciones y las rivalidades, y podrían incluso llegar a entorpecer las funciones de la clase funcionarial de sacerdotes a su servicio (o mejor dicho, al servicio del Emperador) que han llegado a constituirse como auténticos tecnócratas. En definitiva, esta amenaza a la eficacia del gobierno Imperial plantea un problema y exige una solución: hay que mantener a los nobles apartados de la política real.

Y para eso se recurrió a las ancestrales Competiciones de Dardos. (existentes desde muy antiguo, pero recuperadas recientemente)

Las que habían sido inicialmente competiciones "deportivas" celebradas en nombre del honor y prestigio personal de los nobles y de las diferentes familias enfrentadas, y de forma subyacente el mentidero político en el que resolver de una forma subrepticia las alianzas y enemistades, si era preciso con sangre (para lo que los juegos públicos y los eventuales "accidentes" eran la tapadera perfecta) se convirtieron en la herramienta perfecta para "entretener a las familias nobles" en la ocupación que parecían preferir ante cualquier otro divertimento: competir entre ellas por el mayor prestigio e influencia pública. Los señores de las principales familias no son estúpidos, y el cebo debe ser sustancioso. Pues bien, el gobierno de los Sultanatos puede ser el premio para instigar un verdadero enfrentamiento entre los contendientes...

El gobierno de las pequeñas porciones del Imperio, Provincias y Sultanatos, cada vez menos autónomas (de hecho, absolutamente integradas en el conjunto del estado) ha dejado de tener un peso relevante en la política del Imperio, hasta el punto de ser simples cargos administrativos, que no pueden descuidarse hasta el punto de que recaigan en elementos desestabilizadores, contrarios al gobierno Imperial, pero que son al mismo tiempo minuciosamente supervisados por los propios sacerdotes que realizan las tareas burocráticas ineludibles a la tarea de gobernar... que por supuesto son incondicionales seguidores de la Diosa y de su representación en el Mundo Interior de Glorantha. Todo está bien atado... o eso parece.  

Entretanto las Competiciones de Dardos se han ido recrudenciendo ante el inesperado "laissez faire" del Emperador Rojo y las autoridades religiosas, que pese a la continua sucesión de muertes "accidentales" y el incesante sangrado que esto supone entre las filas de sus cortesanos, han preferido "ignorar" oficialmente las irregularidades y permitir que reine en sus mentideros la conspiración de unas familias contra otras, la artimaña y la traición, y en definitiva algo parecido a la ley del más fuerte.

O del más sucio...

FIN DEL TOCHO-----------------------------------------------------

Espero que disculpeis el intento pseudo-rollista-literario... ;)))

Nos vemos.
El vadelino, que pese a que algunos se lo disputen, sigue largando los mensajes más laaaaargos y tooooooochos de la lista!!! ;)

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