Por favor... en el medievo no había tanto comercio como ahora, de ahí las caravanas y no un tráfico intenso día a día. También, los márgenes de beneficios eran altísimos y los mercaderes se forraban (vale, como ahora, pero entonces hasta se jugaban la vida... los que acompañaban la caravana, claro). Pero precisamente estabas hablando de caravanas ¿no?
Por cierto, no olvides que, salvo quizá en las zonas más civilizadas (el Imperio), normalmente todas las obras públicas eran de pago: caminos, puentes, recintos caravaneros, mercados... hay que realizar pagos en todos esos lugares, a menudo abusivos (esa ciudad que domina el único puente sobre un río caudaloso...).
> En cuanto a los libros, yo los guardaría para Sog. Seguro que esos
> curiosos magos brithinos pagan más que un obispo henoteísta.
Muy posible. Pero los libros pueden ser de mil temas diferentes, no hace falta llevar a Ralios libros sobre Nysalor (o biblias a Afganistán), se pueden llevar cuentos, historias caballerescas... además, el Imperio bien podría intentar influir y expandir sus ideas a través de libros de temáticas bien recibidas y sutilmente afines a ellos. Como los yanquis con el cine, vamos, pero más sutiles (que en Glorantha parece que las divergencias político-religiosas son más importantes y las relaciones más tensas).
Todo esto, suponiendo que haya por ahí una industria de copistería bien elaborada, como ya existía en la antigua Roma. En esa caso, cuidado... muchos de los esclavos escribanos eran analfabetos, sólo les enseñaban a dibujar las letras, pero no entendían ni una palabra de lo que escribían, y los errores eran frecuentísimos. Esto descarta, probablemente, una industria de copia de libros de hechicería, ya que dichos libros podrían perder su valor práctico (por no decir que resulta peligroso usar sus "enseñanzas").
Saludos a todos.
Glaurung.
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