Bueno, mostalis si hay muchos, pero aislados del resto del mundo, encerrados en profundas cavernas, sin tener trato con nadie. Algo de esto pasa con los brithinos.
> la desaparición de Zzabur DECIDIDA POR STAFFORD claramente para
> QUITARLE DE ENMEDIO nos confirma...
A mi me incomoda la presencia de Zzabur en el Mundo Interior, ya que Zzabur es el equivalente occidental de un dios, o incluso un Gran Dios. Es producto de la Tercera Acción, y por eso está en un nivel de existencia más "elevado" que los de Danmalastán, producto de la Cuarta Acción (es decir, en otro plano de la Medida Invisible). Puede que Zzabur no estuviera realmente en el Mundo Interior sino que desde el Mundo Interior se pudiera acceder a él en Brithos. O si estaba, sería una especie de reflejo o manifestación del "verdadero". Glup, me temo que un poco complicado.
> En resumen, lo consabido: que en Glorantha todas las mitologías
> son verdaderas simultaneamente, aunque sean incompatibles ente sí,
Por lo menos en términos de juego. Es decir, las historias son diferentes, la gente es capaz de vivir y experimentar esas historias míticas y comprobar que son verdaderas. Mediante su experiencia son capaces de hacer magia, y la magia funciona. Luego, a efectos prácticos, son todas verdaderas.
A efectos "metafísicos" (posiblemente innecesarios para jugar) no tiene por qué. Podría ser que unos sólo tuvieran la razón y que por motivos desconocidos los demás sistemas funcionaran, podría ser que todos tuvieran la razón simultáneamente (lo cual no encaja en la lógica de nuestro mundo) o podría ser, la opción que suele tomarse, que la verdad auténtica es una cosa inalcanzable, asunto de místicos, y que las distintas aproximaciones son distintas formas de acercarse a una misma verdad.
> La inmortalidad brithina es para mí un "conjuro" desde el punto
> de vista de que es un efecto mágico "no innato"... puesto que puede
> perderse al vulnerar las condiciones a las que está sujeto.
En la época de la Cuarta Acción, la inmortalidad era algo innato, era así.
Tras la llegada de la muerte, el mundo ha entrado en un período de envejecimiento perpetuo imparable. Así que lo innato, lo natural es morirse y desaparecer en la nada. Pero queda algo de esperanza: Zzabur, el Hechicero organizó a los zzabures brithinos y los mandó a buscar la ayuda de muchos otros hechiceros malkionitas y paganos. Todos prepararon un inmenso conjuro diseñado por zzabur, que necesitaba la ayuda de un gran número de hechiceros, aunque sólo los brithinos mantuvieron contacto directo con el Primer Hechicero.
Como resultado de ese conjuro, el mundo se salvó. Zzabur luchó y todos ganamos. El mundo no fue destruido por las fuerzas de la entropía, el sol nació de nuevo y comenzó la historia, si bien el mundo no podría ser el que fue.
Entonces podríamos decir que los brithinos son inmortales gracias al efecto del conjuro de Zzabur, que paró la entropía. Como los brithinos siguen obedeciendo la Ley, sujetos al Inmovilismo y operando con lógica extrema, no perecen víctimas del Tiempo, esa derivación de la entropía. Su inmovilismo les protege del cambio constante.
> Yo creo que un intercambio desconocido NUNCA FUNCIONARÍA para
> conceder la inmortalidad al "no brithino" criado entre estos,
Esa posibilidad tiene sentido. Sólo habría que considerar que el conjuro de Zzabur tiene efectos diferentes sobre los Enrovalini y sus descendientes que sobre el resto de la humanidad.
Yo prefiero pensar que el conjuro iba destinado a todo el mundo, pero que sólo los brithinos han conservado y obedecido el conocimiento necesario para que el efecto sea óptimo.
>Es tan posible que todo se deba "objetivamente" a la voluntad del
>Primer Hechicero Zzabur,
> Pero lo más probable es que AMBOS sean ciertos de alguna manera,
Bueno, como dices, las dos cosas son ciertas. Voluntad de Zzabur y forma de vida. La forma de vida es la que llevaba la tribu enrovalini en los tiempos primordiales de Danmalastán. Zzabur quiere que los brithinos vivan así, pero vivir de otro modo sería caer en el Error del sistema que trajo la muerte al mundo.
Saludos,
Antonio
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