RE: Encuesta nueva en GloranthaHispana

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Fecha: Thu, 30 Jan 2003 08:22:10 +0000

> La diferencia es que en el mundo real ni nordicos, ni celtas, ni
>nadie conocio realmente a un elfo porque no existian. Pero en
>Glorantha existen y muchos humanos habran tratado con ellos para
>bien o para mal, el concepto de "muchos" es susceptible de
>interpretacion pero alguien los vio pues existen

Pero yo no he negado eso. Ahora, la gente sigue creyendo ver cosas que no existen, exagerando lo que ve, deformando con sus historias la realidad, combinando rumores contradictorios, etc. Vayamos con un ejemplo, una aldea "idílica" de Losakalm.

"Gauladia es una pequeña aldea de Loskalm, no importa qué localización. En ella viven unos 200 habitantes, todos de la casta de los granjeros, supervisados por el Señor Temporal del Castillo de Saveldan, a veinte kilómetros. El Señor fue asignado a la zona hace ya diez años y desde entonces ha emprendido una política de tomar caballeros únicamente de su feudo, lo que ha producido una gran cohesión; él se encarga de formar a los jovenes más ambiciosos, que han superado las pruebas para la entrada en la casta, aunque de momento ninguno se ha visto capaz de examinarse para Mago. El Señor es sabio y bueno y justo, y conoce muchas cosas de éste mundo y el Otro, pero a nadie se le ocurre preguntárselas; el Señor es autoritario y se preocupa sólo de las cosas importantes. El Mago de la región, Danostos, también viene de fuera, pero es raro que se digne a hablar con los plebeyos, sumido como está en su torre en la contemplación de Dios, el aseguramiento de las defensas mágicas de la zona, y la transmisión de energia devota hacia la capital.

Sólo Garlet, el actual liturgista del pueblo llamó su atención. Garlet nació con el don de una férrea voluntad mágica, o eso decía Danostos, y así, lo envió de acolitista a Punto Sur para que progresara en la Madre Iglesia. No quiso Dios que Garlet llegara a Mago, ni siquiera a Caballero, pues no se mostraba capaz de dominar las artes sencillas del campo, y un mago debe comprender lo sencillo para elevarse a lo Divino. Algunos dicen que Garlet se siente fracasado, pero eso sería pecado, pervertir la Alegría del Corazón. Garlet, por el contrario, dice que se siente muy feliz de no haber estudiado magia, porque dice que ha conocido a algunos de esos hechiceros que no pasan por las castas inferiores, que viven en Sog y que mataron a Nuestro Señor Hrestol. Al aprender magia sin comprender la realidad de su alrededor, corrompen su alma y su cuerpo, y les aparecen horribles mutaciones caóticas, según dicen. La gente de la aldea nunca había tenido una idea muy clara de lo que significaba "horribles mutaciones caóticas", hasta que la vaca de Hirley parió un ternero parlante de tres cabezas. Desde entonces, todo el mundo se imagina que esos hechiceros no hrestoli han de tener sin duda tres cabezas.

Garlet nunca habla de los vadelinos, aunque hace el Signo del Triángulo si se les nombra. El que si habla es Emides, el hijo del Señor, que ha sido asignado a los campos de la aldea y suele contar en la taberna, cuando lleva algunas cervezas de más, historias de su infancia en Punto Norte. Él está seguro de haber visto vadelinos en la ciudad, y que una horrible peste a podredumbre flotaba a su alrededor, así, que Dios le perdonara pero no sentía compasión sino asco por esos Hijos del Diablo. Eso sí, contrariamente a lo que se dice, está seguro de que no tienen rabo. O al menos deben tener un rabo muy pequeño, porque él se fijó bien y no vio nada de nada.

Entonces es cuando todos piden en la taberna a Julop que vuelva a contar la historia de los rathori, y que si los rathori tienen rabo o no. Y es que a la gente de la aldea le gusta mucho hablar de los hsunchen, por las historias que les cuentan a cambio de unas monedas, los buhoneros del Tercer Ojo Azul; algunas veces son animales que se convierten en personas y otras personas que se convierten en animales, y en el pueblo hay una discusión muy extendida sobre estos aspectos, aunque la gente no se fía demasiado de lo que cuentan esos gitanos.

Julop vuelve a contar que encontró unos rathori en el mercado de Inksy, que parecieron muy interesados en sus cuencos de cerámica. Parecían humanos, aunque hablaban entre sí con unos gruñidos muy extraños y estaban llenos de dientes y huesos y otros Falsos Ídolos. Julop jura que uno de ellos incluso olfateó sus cuencos, así que debe ser verdad eso de que son casi ciegos y se guían por el olfato.

Sobre los elfos, nunca se ha hablado mucho hasta que el pequeño Like dijo ver uno. Por lo visto estaba en el bosque recogiendo leña y de pronto se dio cuenta. Era muy difícil darse cuenta, porque estaba fundido en el bosque como si fuera parte de él, quieto como un árbol, con su piel de corteza, perfectamente camuflado; pero Like dice que tiene muy buena vista y es verdad que el chaval distingue muy bien los pájaros a lo lejos. Decía que estaba como sembrando algo y que, a pesar de que tenía los ojos cerrados, pareció darse cuenta de su movimiento "tocándolo a lo lejos", y que entonces sus brazos se convirtieron instantáneamente en un arco gigantesco. Like tuvo que marcharse de allí corriendo "para informar cuanto antes" y, aunque su madre dice que este endiablado niño tiene demasiada imaginación y que debió asustarse con un tronco seco, el liturgista Garlet lo roció entero de agua bendita, por si acaso, y recitó cinco veces el pasaje de los Cánones Perpetuos en el que Malkion refuta la irracionalidad de los hombres-planta.

Después de eso, Grotus dice haber visto un elfo de tres cabezas en el bosque. Todo el mundo piensa que Grotus es un borracho y necesita y está mezclando cosas, pero, por si acaso, la gente no se aventura sóla a recoger leña, y menos los niños.

Hace un mes, pasó por aquí un caballero-mago andante de la Orden de la Golondrina. Tenía un aspecto magnífico, con sus blasones, con su escudo, con su brillante armadura mágica, con su estandarte. En la taberna estuvo feliz como un Talor, recitando poesía y cantando canciones épicas, pero no probó ni una gota de vino, apenas comió y casi no miraba a las mujeres a la cara. Cuando Grotus le preguntó que cuántos dioses falsos había matado, el misterioso caballero se rió alegremente y dijo que sólo uno y de los más pequeños. Se demostró así que para llegar a Caballero de la Orden no hace falta matar siete falsos dioses, como dice alguna gente. Se marchó hacia el este al día siguiente y la gente dice que era un poco menos imponente que el último que pasó hace tres años".

Saludos,

Antonio

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