Cuando el sabio kralorelano comienza a examinar el mundo de la ilusión (de la magia), lo primero que descubre es que en el mundo superficial toda acción tiene una consecuencia. Si la consecuencia no se cumple en esta vida, no importa, porque la muerte (utuma) es sólo un proceso de transformación, las consecuencias se producirán en próximas vidas. Así, el hombre corre el riesgo de verse atrapado en una red ilusoria de acciones y consecuencias interminables. Para llegar a la liberación, hay que llegar a la no acción, pero antes hay que terminar con todas las consecuencias. Es decir, hay que aceptar las consecuencias de los actos, lanzarse a cumplir las consecuencias (premios, castigos, débitos, obligaciones, favores) de las acciones pasadas (en esta vida o en otras anteriores). Para liberarse, el kralorelano debe saldar cuentas con su pasado; esto es lo que llaman "honor". Conforme se vaya librando de las consecuencias de sus actos podrá adentrarse en niveles más profundos (más dragontinos) de la realidad.
El Emperador Daruda siguió el mismo camino de los Dragonets (los Reyes Inhumnos), en lugar de disolverse en el Dragón se quedó como Dragón Viviente para guiar al pueblo. Hay muchos caminos para alcanzar el Dragón, pero todos ellos implican reverencia, reconocimiento y devoción a Daruda y al actual Emperador Godunya. Los caminos místicos se basan en la sabiduría; algunos los emprenden en solitario y otros por medio de un preceptor personal:
-La contemplación. Concentrarse en un pensamiento u objeto (el Ojo
del Dragón, la Escama del Dragón) permite alcanzar un mayor
conocimiento de la realidad sin desviarse por medio de acciones que
exijan reparación. Es la vía de los eremitas, ascetas, monjes de
monasterios; de las austeridades. Es probablemente el camino más
seguido. Muchos místicos contemplativos esperan alcanzar el Dragón en
esta vida, pero muchos otros cometerán utuma (suicidio ritual) en un
momento dado de su progresión para reencarnarse en una forma
espiritualmente superior, como ocurre con los dragonuts. Hseng Hsia,
cuyo nombre sea maldito, siguió este método contemplativo-suicida
para alcanzar su poder.
-La Alquimia. Es la ciencia que descubre la perfección de la realidad
dragontina en los elementos. Trata de purificar los elementos de la
realidad para alcanzar realidades más puras. A su vez, busca una
proporción y purificación entre los elementos corporales que prolonga
la vida del alquimista. La intención del alquimista es alcanzar la
Liberación en esta vida, por tanto tratan de asegurarse la
inmortalidad para no reencarnarse.
-Las Escrituras Verdaderas. Los sabios calígrafos tratan de alcanzar
la sabiduría mediante la lectura y escritura de las runas
dragontinas. Profundizar en los significados ocultos de las runas
puede llevar a niveles de existencia superiores. Esta es la senda que
siguen los mandarines y los Exarcas. Planean normalmente alcanzar el
Dragón en esta vida, salvo muchos de los que han fracasado en
convertirse en mandarines o los mandarines que han fracasado en
convertirse en Exarcas; a veces deben pasar vidas enteras para asumir
las consecuencias de sus acciones pasadas.
-Las Artes. La pintura, escultura, poesía dragontinas, sirven como
objetos de contemplación. Los artistas descubren realidades más
profundas, no las inventan.
-Las Artes Marciales. Los místicos contemplativos ya saben que el
cuerpo es una imagen del Cosmos, una vez superado el vicio del
individualismo. Mediante el dominio del cuerpo se domina el Cosmos y
se está más cerca de la verdad. Los Artistas Marciales dominan su
cuerpo, pero no se dedican a la contemplación sino al conflicto. Como
consecuencia de sus acciones pasadas, están atrapados en el mundo
para combatir con los demonios; hasta que no hayan saldado su deuda
de honor, no podrán proseguir su camino de liberación. Por eso, la
mayoría de los artistas marciales no esperan alcanzar completamente
el Dragón en esta vida. Las artes marciales dragontinas (los
guerreros de los Cinco Dragones) fueron redescubiertas para combatir
a los Falsos Dragones, y son las que gozan de mayor reconocimiento
público. Hay Cinco Estilos, cada uno relacionado con un animal; sólo
cuando has dominado un estilo puedes aprender el Estilo del Dragón.
Sólo hay veinte maestros que han logrado dominar el Estilo del
Dragón. Los veinte han asumido forma dragontina, enlenteciendo su
progreso espiritual para proteger a Godunya para saldar deudas
pasadas.
-El camino del Pueblo. La mayoría de la gente no está preparada para
alcanzar el Dragón, están demasiado atados por sus vidas pasadas y
deben emprender distintas acciones (luchar contra los demonios de
occidente, trabajar el campo, etc.) para saldar su deuda de honor.
Sus ocupaciones no les dejan tiempo para seguir plenamente una senda
de liberación, aunque los que pueden tratan de avanzar en el
misticismo como amateurs. Daruda descurbrió una senda para el pueblo
ignorante. Los Dioses Celestiales les enseñan a evadir los Cuatro
Vicios para así, no comprometer sus vidas futuras con nuevas
consecuencias. Superando el vicio del Individualismo, ya que no están
preparados para despertar su Dragón Interior, pueden aprovechar su
fuerza colectiva para conocer el Dragón de su colectivo en el culto
imperial, bajo la supervisión de un Exarca, Dragón de Pleno derecho
que conecta cada Dragón Colectivo con el Dragón Imperial. Por
ejemplo, cada ejército es un Dragón, sus soldados saben que son
escamas de un mismo ente, porque la distinción entre los individuos
es una ilusión porque el Dragón es en realidad uno sólo, cada
ejército está dirigido por un Exarca General. Lo mismo sucede para
otras comunidades, geográficas o funcionales, sometidas a la
supervisión de un Exarca.
Saludos,
Antonio
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