Yo opino lo mismo, pero tardé un poco en darme cuenta. En HeroWars no aparecía Elmal y todas las referencias que tenía eran indirectas, de Internet, y me parecía un gregging poco afortunado. Al principio me gustaba que los orlanthis maldijeran un poco el sol, pensaran que es un Emperador Malvado, pero más o menos necesario en los ritmos cósmicos del mundo. En realidad la idea no se sostenía.
El problema empezó a surgir sin que me diera cuenta de cuál era: con los mitos. Según la versión "Aprendiz de Dios" Orlanth mata a Yelm, entonces comienza una época que algunos llaman la "oscuridad menor", pero que para los orlanthis, es la Edad de las Tormentas. Esta es la época dorada de los orlanthis, antes no había libertad ni iniciativa en la Edad del Estancamiento, después, llega la Gran Oscuridad.
En esta época habrían de producirse la mayoría de los mitos orlanthis, las gestas heroicas, las batallas importantes, las uniones entre tribus, las historias que explican por qué los orlanthis son lo que son y dónde está su orgullo. Es la época en la que fueron florecientes.
Para mis aventuras tengo que inventarme mitos que sitúen a los pj's, si no, ellos me los pedirán porque en HW hay habilidades de mitología. Cuando empecé a inventarme mitos, comencé a sentirme incómodo con la ausencia del sol en los mitos importantes orlanthis. No podía hablar de días y noches, de amaneceres ni ocasos en las descripciones. Y si se emulaban los mitos en búsquedas heroicas... ¿qué encontrarían los jugadores? ... ¿una tierra oscura iluminada sólo por la luz de las estrellas? ¿Así es la vida de los gloriosos héroes guerreros y de los campesinos modelo orlanthis? Atajé este último problema a lo cutre diciendo que Yelmalio no estaba muerto y era el dios de la cúpula solar, es decir, de la luz en el cielo cuando el sol no es visible. Muy cutre y demasiado Aprendiz de Dios, porque Yelmalio al fin y al cabo es sólo un dios extranjero, extraño, despreciado por los orlanthis tanto o más que Yelm, y era paradójicamente el que les daba la luz que mantenía su época dorada.
No me daba cuenta de que el problema es que no es posible imaginar una cultura humana que no conceda a la luz y al calor del sol un valor importante y positivo -aunque pueda tener aspectos negativos-. El sol es necesario para la vida cotidiana, para el crecimiento de las plantas, para la vida, para los ciclos que rigen la existencia de la vida rural. Es fácil imaginar una cultura inhumana que desprecie la luz (los Uz, claro), pero con humanos es más difícil, salvo que estemos hablando de tribus de trogloditas ciegos y albinos que se esconden en las cavernas. Y si tenía importancia para la sociedad, tenía que tener importancia en los mitos. Los orlanthis tenían que tener su propia versión del sol, al margen de las figuras impuestas por culturas extranjeras...
Las piezas no me encajaron hasta que no leí la descripción de Elmal en Storm Tribe. Ahora tenía una buena perspectiva orlanthi del sol (y ya había leído sobre otras deidades solares en otras culturas, así que no me escandalizaba que hubiera alternativas a Yelm). Aprendí posteriormente que, desde el Alba, los orlanthis y los dara-happanos habían tenido contacto y guerra, identificando y descubriendo deidades enemigas del panteón con la deidad del panteón enemigo (Yelm es el Emperador Malvado de los mitos orlanthis, Orlanth es Rebellus Terminus, uno de los asesinos de Muharzam). Este tipo de cosas pueden hacerse entre casi todos los panteones, porque parte de la genialidad de las mitologías gloranthanas es que las piezas encajan vagamente entre sí. Esta identificación había dado fuerza a ambas deidades, a través del culto colateral, y en el Primer Concilio incluso se habría alcanzado un compromiso de mutua necesidad (que lleva a descubrir el Gran Compromiso, entre otras cosas, como un pacto entre Orlanth y Yelm gracias al cual el mundo existe).
No sabemos si en la versión más primitiva de Elmal o en la posterior (los mitos son variables, no por ello dejan de ser auténticos), Elmal es un miembro de la Tribu del Fuego, que es la Tribu del Malvado Emperador Solar (los yelmitas nunca se llamarían así). Sus hermanos lo persiguen, celosos de su brillo, y termina siendo adoptado en la Tribu de las Tormentas. En la Era de las Tormentas es el brillo de Elmal el que ilumina el mundo (=el territorio orlanthi) y en la Gran Oscuridad es el único que se mantiene victorioso en lo alto de Kero Fin, protegiendo al mundo del Caos hasta que, portando la antorcha que trae Orlanth del Oeste el sol (Elmal) vuelve a brillar con fuerza. Todo terminaba de encajar.
Todo salvo una cosa: el movimiento del sol, el amanecer y el ocaso, que no me terminaban de convencer -no tenían razón mítica- En casi todas las culturas el sol es un ejemplo de muerte y resurrección, pero Elmal jamás partía hacia el oeste y de hecho, no moría. Pedí ayuda en esta lista y en la de HeroWars y finalmente con las ayudas recibidas compuse un mito (completamente no-oficial, de hecho no parecía ser demasiado conforme a la visión de Greg), que debe estar en algún mensaje antiguo.
Saludos,
Antonio
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