A veces sí, y a veces no, el equilibrio aquí es bastante difícil. Y además aquí hay menos soluciones universales (como el hecho de que tiene que haber una posibilidad de perder, que es así desde todas las ópticas posibles), de modo que el punto de equilibrio depende bastante de los gustos del grupo de juego.
Me explico, la solución que tú propones hace predominar el criterio de "simulación" (que incluye la interpretación de los personajes, no sólo cuestiones de reglas) sobre el de "juego". Me imagino que no harás que esto predomine siempre, sólo en la mayoría de las ocasiones. Y otra gente hará predominar otras cosas, sin que ello signifique que han perdido el norte de la interpretación (ya que la simulación absoluta tampoco sería jugable).
La "cagada" más llamativa que ha ocurrido últimamente en mis partidas os la conté hace un tiempo. Los personajes son extranjeros están participando en el concurso de un festival popular, por lo que sus caras son conocidas en todo el pueblo. A la tercera noche, dos de ellos salen por ahí y tratan de asaltar a dos soldados lunares, cerca del cuartel y a cara descubierta. A uno lo dejan por los suelos medio muerto y el otro (que los ha visto) consigue huir mientras rematan salvajemente al primero. El huido da la alarma, de manera que tienen que salir corriendo. Uno consigue huir al desierto, siendo perseguido por Jinetes Sable, al final lo atrapan por pura "simulación" (el jugador recuerda que su personaje es imbécil y decide por su propia cuenta hacer una tirada del defecto para ver si toma una decisión estúpida); el otro (un jugador muy bueno en cuestiones de interpretación y fidelidad a su personaje) se camufla habilmente entre la multitud noctámbula del festival y no lo encuentran. Al día siguiente SE PRESENTA EN PÚBLICO A LA SIGUIENTE PRUEBA DEL CONCURSO. No se le ocurrió pensar que ya sabían que un lunar estaba muerto y el otro sabe quién les ha atacado. Se distrajo y no cayó en eso.
Probablemente, en una situación "real" una persona normal no hubiera hecho eso -aunque a veces la realidad supera a la ficción, hay que reconocerlo-. Me imagino que alguien que acaba de cometer un asesinato está en tensión, pensando que lo pueden pillar y más paranoico de lo habitual, no sale a actuar en su programa habitual de televisión. Si estás en la mesa con los colegas, se te pueden pasar cosas. Pero yo en ese caso decidí no avisarle de lo que pasaba, me limité a preguntarle varias veces lo que hacía y si de verdad iba al concurso, en tono de voz neutral. Si hubiera "pensado por él", seguramente a los jugadores no les hubiera gustado (tampoco a él). Precisamente por el hecho de que sus decisiones, ideas y ocurrencias son importantes, están en tensión, pensando, comiéndose el coco y sufren ante las decisiones difíciles. Yo no les puedo decir lo que tienen que hacer para no equivocarse.
Aunque otras veces, sí hay que echarles una mano, cuanto más sutilmente mejor. Sobre todo cuando su decisión deriva de una percepción inexacta del mundo de juego y de la historia, porque la conexión que tienen con el mundo es precisamente el Master. "Espera, antes de que hagas eso te tengo que explicar que los sacrificios humanos a Orlanth se consideran un acto caótico; no digo que no lo hagas, pero tenlo en cuenta", o las descripciones de la caverna y del río que decía Ethaniel. A veces no es que la caguen, sino que no les hemos dado información suficiente.
>También es verdad que para el master, que tiene toda la
>información, es infinitamente más facil ver que están haciendo una
>gran cagada!!!
Eso siempre. Las tonterías que critico en mis jugadores las acabo cometiendo yo.
> Yo no creo la tontería esa de que "hablando se entiende la gente"
> (lo normal es que se entiendan a gritos, insultos y a veces tiros!)
Pero que bruto eres, Paco.
Saludos,
Antonio
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