Si haces eso corres el riesgo de cargarte los rituales, en mi opinión. Si empiezan a ver que son costumbres y se puede hacer de otras formas, se acabará haciendo de cualquier manera y pierde la gracia :P
> Sin embargo en el momento en que lo consideres indispensable
> tendrás que tomar la decisión, porque si los toros blancos son
> una rareza a los jugadores debería costarles encontrar uno!
> Y en ese punto siempre te puedes encontrar con el que intente
> colar uno que sea "casi blanco" aunque quede peor visto...
¿Y cuál es el problema? ¿No se ha dicho que tiene que ser blanco y que es necesario y no una costumbre? Pues tiene que ser blanco :P
> O como te decía, con quién juege a un troll y pregunte por qué
> no sacrificar los prisioneros a Zorak Zoran... o a un trollkin! ;P
Pero si eso no se hace porque a Zorak Zoran no le agradan los sacrificios si no que los mates en combate, pues no se hace. Y el sacerdote se lo impedirá.
> Ya te digo que la dificultad está entre generalizarlo como
> una obligación, que se nos acabará por hacer muy cargante...
> o trivializarlo como background,
No veo porque se va a hacer muy cargante. Para los humaktis heortlingas es una obligación sacrificar el toro blanco. Tiene que hacerse así.
> pero el problema de lógica
> sigue estando ahí y yo creo que acabaría saliendo algún día!
Yo creo que saldrá cuando plantees una partida en que sea difícil cumplir uno de esos requisitos y los jugadores o no consigan cumplirlo o decidan arriesgarse a no cumplirlo. Entonces habrás decidido si es una costumbre o no. Por ejemplo, en el caso del toro blanco, puede que sea una costumbre que sea completamente blanco y funcionase con manchas, pero todo el mundo cree que tiene que ser blanco, que es una obligación, y cuando vayan a sacrificar el que tiene manchas estarán cagaos. Pero tú ya te habrás pensado que consecuencias hay si es que hay alguna.
No me parece que haya que decidir lo que son costumbres, lo que pide un Dios, etc. Son muchos detalles y si lo piensas se pueden ocurrir más. Son cosas que, yo por lo menos, decido cuando me hacen falta para la partida. Lo que no me gusta es plantear los sacrificios como una simple costumbre, porque para mí pierde la gracia.
Sergio
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