Sólo se me ocurren tres opciones, dejarlo, quitarlo o el término medio, inventarnos las secundarias negativas y dejarlo moderadamente.
En caso de que se quiera dejarlo, la argumentación vendría de la mano de las intuiciones, corazonadas, presentimientos, "siento una perturbación en la fuerza", and things like that. Si no hablamos de sigilo sino de discrección social, parece claro que en términos generales una persona carismática, brillante, percibida como "espiritualmente fuerte" o como le queramos llamar lo tiene más difícil para pasar desapercibido y anularse en la masa que un mediocre en esos términos. Rápidamente se convierte en centro de atención con una mirada, un gesto o unas palabras.
Si lo pasamos al puro sigilo es más difícil. Pero bueno, hay veces que sentimos que hay alguien en casa, que tienes alguien detrás, que alguien te está siguiendo, o que hay alguien en la oscuridad agazapado. Puede que esas intuiciones no tengan nada que ver con la realidad, aunque hay gente que cree en el mundo real que estas cosas tienen algo de verdad aunque no tengamos evidencias científicas.
En cualquier caso parece divertido de cara a la historia darles cierta validez en un mundo fantástico, pues son un cliché típico en la literatura y el cine. En este sentido mágico, si tienes un aura poderosa, un espíritu fuerte, una mayor fuerza vital, te haces sentir por percepciones que no captan los sentidos ordinarios.
El malo poderoso está agazapado en la oscuridad... un escalofrío recorre tu nuca... hay ALGUIEN ahí abajo, lo sabes, lo percibes. La gente siente su poder, por eso le es más difícil esconderse.
Y si no, pues lo quitas y en paz.
Saludos,
Antonio
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