> Pffff... eso es que no has visto a los patos... seguro que terminas
> uniéndote al Vadelino en su cruzada antipatuna.
Bueno, no es para tanto. Con tanto genocida que hay por ahí, el vadelino parece un santo SÓLO LES HA ARRANCADO DEDOS (huy) (para los que no lo entiendan, me remito a sus dibujos en "fotos" que trataban de alzar la dignidad del Trágico Pueblo Durulz a base de arrancarles dedos ;-)))
> Es cierto que en cuanto a criaturas nos encontramos en Glorantha con
> algunas bastante extrañas cuando no directamente ridículas. Pero
> bueno... si es que el Greg Stafford este debía darle al LSD...
¿Los patos, ridículos? Sólo hay alguien en Glorantha más ridículo que los humanos: los Arqueros Maidstonianos ;-))) Los patos, en cambio, se encuentran entre las criaturas inhumanas más trágicas y serias, muy cerca de los Babuínos.
De todas maneras, no hace falta darle a la droga ni ser un chamán en el mundo real (ops); basta con darle un poco a la mitología. Cualquier bestiario medieval es infinitamente más ridículo que una manifestación de Pulpandantes, Jack'Osos y Arqueros Maidstonianos.
Y no hace falta remitirse a los esciápodos y demás. Miren como trata -por lo visto- un bestiario catalán a los Jóvenes Castores:
"El castor es una bestia que tiene un miembro de gran virtud, esto es, sus cojones; y cuando este castor es cazado por los cazadores, y ve que los canes lo alcanzan, conoce la razón por la que es cazado, toma sus cojones con los dientes y se los arranca y los tira al suelo."
Dejando a un lado los cojones (puaj), sé que me repito mucho, pero creo que el problema es que estamos empachados de mundo real por un lado, y de estereotipos gastados de fantasía por otro, y que sería deseable volver un poco en las partidas a esa mentalidad mágica que tenían los antiguos y medievales, personas razonables como nosotros que quizás estaban menos informadas en muchas cosas, pero eran igual de listas. Jugar fantasía, para mí, es precisamente para salir de lo que se considera posible. La cuestión, por tanto, no es dónde están los límites de lo que sacar (no hay límites en el reino de Fantasia) sino el CÓMO sacar las cosas. A las personas de imaginación empachada que vivimos en los tiempos modernos no nos basta con una descripción ridícula; necesitamos que nos vayan metiendo poco a poco en el ambiente. Y el problema es que de eso se ve poco en los suplementos oficiales (mucho mejor en Anaxial's Roster aunque la tarea es ahí demasiado ambiciosa para mi gusto). En Glorantha: el Mundo y sus habitantes podían haber figurado la cuarta parte de las criaturas pero haberlas puesto bien en su salsa. No sólo de estadísticas vive el hombre.
Saludos,
Antonio
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