Rol y sociedad. Seguimos dando el coñazo.

Write haof XML files: Antonio Álvarez del Cuvillo <antalvarez1976_at_...>
Fecha: Wed, 20 Oct 2004 17:05:02 +0000

A ver, sé que soy un pelma pero entre tanto debate innecesario puedes perderte otra vez, voy a tratar de explicar lo que me parece, a modo de hipótesis, el origen de tus preconcepciones (puesto que la buena fe se presume). No caigo en el error que critico de suponer lo que pasa por tu cabeza es sólo un planteamiento hipotético por si te sirve de ayuda.

-Has visto determinadas partidas y has hablado con determinados
directores de juego que representan sólo una parte de lo que es el rol. Y, al parecer, no has leído ninguna variedad de manuales de reglas.

-Desde el principio te he indicado que tenías un sesgo muy D&D y "de
juego", eso existe y es importante pero no lo es todo. También parece un sesgo de jugadores inexpertos y más bien adolescentes, que también existe y es importante, pero no lo es todo.

-Por algunas cosas que has dicho, las partidas que has visto eran,
desde mis estándares (y desde los estándares de otros muchos jugadores existentes en el mundo real), francamente malas. Dicho sea de paso, sin que ello implique menosprecio de sus participantes.

Si solo fuera eso, te quedarías con el cante de que hay distintos jugadores de rol y por aquí somos o queremos ser de otro estilo, si somos minoritarios o no sería otro cantar. Eso sería un avance respecto a decirnos que somos unos idealizados y que por tanto no hacemos lo que decimos que hacemos, pero también es incorrecto. El siguiente problema es:

-Has mirado las partidas "desde fuera" y este modelo de investigación
resulta fatal en el caso del rol y en las partidas malas en particular. Al no implicarte, ves sólo los rasgos externos, que en algunos modelos de partida (y en las malas suele pasar) son poco ostentosos.

¿Cuál es el problema de mirar una partida de rol "desde fuera"? Pues sencillamente, que el peso de las partidas de rol sucede EN LA IMAGINACIÓN, aunque sea en una imaginación compartida por medio de la palabra. El caso es que nadie sabe lo que pasa por la cabeza de alguien que tacha una cosa en su hoja de personaje; procura no coger el ejemplo para deformarlo, la idea es esa, cuando te implicas en la imaginación colectiva esa, porque estás jugando vas aprendiendo a empatizar con lo que está pasando realmente en las imaginaciones. Si te quedas en los hechos visibles, estás perdido, aunque para los que juguemos sean precisamente los hechos visibles los que estimulan nuestra imaginación, no sé si me explico.

Observa las consecuencias de todo lo anterior, sumado:

*Un sesgo D&D típico o "de juego" hace predominar los elementos de juego sobre los de simulación o narración QUE AÚN ASÍ ESTÁN PRESENTES, lo que es perfectamente legítimo.

+

*Una partida "mala" (según mis cánones) hace que los elementos de simulación y narración se resientan mucho (seguramente más que los de juego), lo que contribuye a que sean menos visibles, aunque existan.

+

*Una visión "desde fuera" impide que se perciban los elementos de narración y simulación, que frecuentemente están ocultos en la imaginación de los participantes.

Ese punto de partida erróneo provoca muchos otros errores de concepción. Como por ejemplo ese desbarajuste que te has montado sobre jugar mal y jugar bien o la equiparación del rol con juegos como el parchís a efectos de dinámica de grupo y mutua adaptación de los jugadores. Digamos si me perdonas la comparación incorrecta, tú crees que todas las partidas de rol son pachangueras así que lo demás es manía. Tú sabes que tocar música es tocar música, lo hagas bien o mal, pero no entiendes que esto suceda con la faceta narrativa y de simulación del rol.

Yo no soy tan distinto de los tipos con los que has jugado, soy de la misma pasta; hablando con ellos de rol llegaría a muchos más acuerdos y concepciones compartidas que contigo hablando de rol; si les hablas de interpretar un personaje, saben a lo que te refieres. Por eso no es la cuestión que haya dos o más tipos de jugadores de rol (los serios y los pachangueros), eso es falso; todos tenemos cosas en común, lo que hacemos es reconocible como lo mismo. Aún diría más, aunque suene a chulería, que no lo es, lo mismo se aplica a muchísima gente, solamente con las técnicas que manejo (especialmente como narrador), te aseguro que en un porcentaje muy alto de los casos la gente de tus partidas que califico como "malas" siempre que no lo supiera ;-), quedaría encantada -de hecho, es mi experiencia en jornadas dirigiendo a gente que juega para mis estándares, peor-, pensaría que incluso ha aprendido algo o que se trata de una partida memorable. Se lo pasarían bien, disfrutarían. Es posible que mucha gente me dijera que ya está bien de tanta mitología o que tiene ganas de matar orcos, pero, adaptándome levemente a sus necesidades, como corresponde a alguien que comunica, notarían diferencia solo en la forma de describir o de presentar personajes, o de hablar por ellos, y en el mejor de los casos se animarían a trabajar esas cosas. Te lo digo por experiencia. Asimismo, si hacen algo como contar con información fuera de juego o despreocuparse del papel que han escogido, o llevar un personaje plano, o no contribuir a la historia, o romper la coherencia del argumento (YO HAGO ESO MUCHAS VECES, PORQUE TENGO MUCHOS FALLOS), y como Master se lo señalara educadamente, en la mayoría de los casos entenderían lo que quiero decir, y compartirían la valoración, el deseo de interpretar y todo eso.

No es un farol. Tampoco soy un guitarrista y cantante que tire de espaldas, pero también tengo una cierta confianza en que puedo conseguir determinado efecto (nunca es seguro pero hay ciertos trucos), y en que puedo enseñar cosas a gente que sabe cuatro acordes.

La cuestión es, lo que hace esa gente es lo mismo que hacemos nosotros, sólo que por diversas razones, no has podido verlo bien, y por tanto entenderlo bien.

Posiblemente tu concepción errónea de partida ha alimentado cosas sacadas de contexto y ahí entra el rollo de las categorizaciones. De verdad, si existieran tal como tú las pintas lo reconocería. Por ejemplo, puedo reconocer que en la música hay más predisposición al conflicto de egos que en los deportes, aunque es una percepción del sentido común y no una precisión científica (como la que habría que hacer en el trabajo), ni tampoco que sea una definición adecuada de música la que mete en el segundo párrafo el conflicto de egos como un rasgo posible de la aficción.

No voy a entrar en la absurdez de las taxonomías de jugadores, hay miles posibles y yo no sé exactamente qué es lo que pasa por la cabeza de lo que escriben la que te obsesiona.

Pero SÍ puedo hablar de la descontextualización (inconsciente) que has hecho de los ejemplos que YO HE PUESTO (lo de la inteligencia y demás). Posiblemente se deba a las causas anteriores pero YO SÉ MUY BIEN LO QUE HE QUERIDO DECIR CON ESOS EJEMPLOS y sé de buena tinta que has deformado ese significado hasta dejarlo irreconocible. Lo mejor es que te olvides directamente de ellos, porque sinceramente irrita bastante que pongan en boca de uno lo que no ha dicho. No creo que esa cruel deformación de mis ejemplos sea "culpa" tuya, pero tampoco mía; es simplemente fruto de tu ignorancia. La ignorancia no necesariamente es algo insultante, ni de lo que uno tenga que avergonzarse. Yo ignoro muchísimas cosas. De hecho, la ignorancia es el principio del conocimiento, como bien decía Sócrates.

En este caso la mayéutica debería venir de jugar por tí mismo partidas, cuanto mejores sean, mejor, no para que te creas que todo es maravilloso, hay infinidad de partidas muy malas, sino porque (el elitismo y caso extremo del ejemplo es más bien irónico) para alguien que no sabe lo que es la pintura es mejor enseñarle primero un Goya y luego los dibujos de los niños el día de la Madre. Pero pintar es pintar, dijo Perogrullo.

Saludos,

Antonio

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