Una cosa sobre la que no he llamado la atención en la discusión de la magia divina y cargos administrativos es que me parece que estáis presumiendo la existencia de cultos y templos altamente organizados con una jerarquía propia y un subsistema social de reglas propias. Acabamos aplicando siempre un modelo más o menos similar al de la Iglesia Católica que es el que tenemos más cercano (y podría aplicarse a sociedades religiosas con cierto nivel de burocracia y jerarquía, como digamos, el culto a Amón PERO NO TODA LA MAGIA DE LOS EGIPCIOS QUE INVOCABA A AMÓN, etc.) Esta es otra constante de los sacerdotes y clérigos de los juegos de rol, a todos les aplicamos patrones más o menos obtenidos (y alterados, claro) del cristianismo porque es el marco religioso que conocemos mejor.
Esto no se aplica a la inmensa mayoría de las formas de magia
"religiosa" de la antigüedad: las sociedades guerreras, el culto
familiar o local a los antepasados, los secretos mágicos del oficio,
la totalidad de la vida mágico-religiosa en culturas bárbaras, nómadas
o primitivas y la mayoría de la vida mágico-religiosa en culturas
civilizadas sin religiones de conversión. Incluso en algunas
religiones de conversión (Islam, budismo) los cargos administrativos
carecen de valor mágico, en principio, y lo mismo sucede con muchas
iglesias cristianas protestantes, con los típicos líderes carismáticos
desvinculados de una organización jerárquica y cuyo poder político es
el que les da la propia comunidad religiosa (como sucede con los imanes).
Con esto quiero decir que muchas veces no hay Templo como tal, ni
organización de sacerdotes, ni reglas escritas que establezcan unas
pruebas concretas, ni pruebas. Para mi gusto simulacionista en estos
aspectos, las reglas de RQ sobreentendieron siempre modelos
"excesivamente" organizados (por ejemplo, eso de que los iniciados
aprendan a leer y escribir).
Saludos,
Antonio
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