También se puede hacer el proceso inverso al desempate por éxito: en tanto que el porcentaje más cercano a la habilidad es el mejor, aquel que falle más estrepitosamente (más alejado de la habilidad) es el que pierde. De esta forma quien tenga menos habilidad tiene más posibilidades de fallar el desempate, pero no lo pierde automáticamente. Es decir, pierde la contienda quien falle con un margen mayor de percentiles.
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