Ya hombre, te entendí.
> A eso me refería yo también, quizás no todo el que no tenga el Incr
>Asp, pero si el que no llegue a una belleza mínima, pues imagínate
>lo que diría una rival de la corte que salga ganando con su
>desgracia.
Ya, pero es que yo había entendido [mal] que quería decir que todo hombre malkionita llevaba un incrementar ASP salvo excepciones muy contadas.
Para empezar, todo noble malkionita no vive en la corte. Un tipo muy bruto puede vivir en un castillo lejano en tierras feudales y dedicarse a la caza, a los banquetes y a llevarse las riquezas de sus siervos. El ASP le puede influir, para parecer impresionante e intimidar a los aldeanos, pero un caballo grande y una buena espada bastan para eso. El tipo en cuestión no se lava, ni se preocupa demasiado por su aspecto. Tiene una mujer, más fea que él. De vez en cuando contrata los servicios de alguna prostituta de la plebe para variar. El tipo no sabe ni que se puede aumentar el aspecto mágicamente (la gente no tiene por qué conocer los conjuros que vienen en los libros de RQ, y además eso es tarea de los magos) y si lo supiera no le importaría, y si le importara, tendría que buscarse la vida porque el mago del castillo apenas sabe bendecir las armas, dirigir las ceremonias y ayudar a que las cosechas sean buenas. Buscar en la ciudad un mago que le haga el trabajo podría resultar difícil y costoso, y tampoco es que sus arcas estén en su mejor momento...
Por otra parte, como indicaba Paco, la autoridad eclesiástica puede consentir el incremento del ASP o puede considerarlo una frivolidad poco recomendable. O el noble en cuestión puede ser más bien fanático religioso y considerar que es una frivolidad poco recomendable.
Por último, y dependiendo de las circunstancias, la segregación de sexos y división de tareas en la sociedad malkionita hace que sea más importante la belleza para las mujeres que para los hombres. Quizás la belleza pueda hacer avanzar a una mujer en la patriarcal sociedad malkionita, mientras que en un hombre, la belleza puede influir, pero se le apreciarán más otras virtudes.
O sea, que todo depende de las circunstancias.
Saludos,
Antonio
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