RE: Porcentajes

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Fecha: Wed, 10 Oct 2001 13:16:21 +0000


Es cierto que mucha diferencia de experiencia (y no solo en armas o magia) puede hacer que uno se aburra o muera, pero no hay que olvidar que un juego de rol es principalmente interpretativo (si no, ¿para que comernos el tarro en una aventura con trasfondo dentro de un mundo con historia definida?).
Con esto no quiero decir que no sea divertido usar lo daditos y sacar un "01" y saber que le has rebanado la cabeza al bandido que violó a tu hermana o sacar un "99" y saber que has perdido el torneo de tiro con arco al atravesar al juez con una flecha. Quiero decir que bien llevado, cualquier personaje es divertido, y además, si logra sobrevivir las primeras aventuras con 21 años, al llegar a los 25 será bastante más experimentado (y en más variedad) que uno que empiece con un personaje de 25.

De todos modos nunca llueve a gusto de todos y si el caso es pasarlo bien, y uno es feliz teniendo un personaje experimentado, puedes dejar que cada uno elija su edad o incluso permitir aumentar un poco los porcentajes.
He leído lo de tirar 1D6+6, yo lo he aplicado varias veces.

Como anécdota, contaré que una vez jugando (a lo que a los Rqeros no se les puede ni nombrar, D&D) tuve mala suerte y me salió un personaje bastante cutre. Yo, mosqueado, le dije a mi master que mi personaje cogía su espada y se la metía por... y se suicidaba. El master, para darme una lección (y encabronarme más) me pidió una tirada para ver si lo hacía bien, la pifié (¡que suerte!) y apareció la guardia del pueblo. Puesto que estaba prohibido el suicidio, me iban a arrestrar. Se me olvidó lo del suicidio, pues estaba cabreado de que con semejante personaje no pudiera ni suicidarlo tranquilo, y sin pensarlo dos veces decidí atacar a los guardias. Como era de esperar acabó enchironado, sin armas de ningún tipo, entonces dije que mi personaje no comería, pero tras una semana y no superar una tirada de personalidad no pudo aguantar las ganas de comerse la bazofia que le servían todos los días (no era broma, el personaje era malísimo). Pero en fín, tras dos semanas lo liberaron (mientras los demás estaban de aventuras), pero hizo amigüitos en la cárcel y se me pasaron las ganas de matarle (había aprendido una lección). Pero esperando en el pueblo a que dentro de dos días llegaran mis compañeros, la noche anterior le metí en un jaleo con un tahúr que le clavó una daga (sabiendo que era débil y patoso debería haber huído, pero soy así de cabezota) y cayó muerto unos asaltos más tarde (con lo que me volví a cabrear).
Moraleja, no se muy bien si este cuentecito le podrá entretener o servir a alguien pero ya que el e-mail lo he escrito, pues lo mando!;-))

Hasta el próximo.
Nico.

> En fin, espero sus respuestas!!!
>
> Saludos,
> Alejandro

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