Una historieta para darle gracia:
Inkhar siguió contando en silencio. Treinta segundos habían pasado desde la última trasferencia. La medida del tiempo debía ser exacta, cualquier pérdida de la concentración podría ser fatal para sus propósitos. En su cálculo imperturbable, su voluntad era tal que podía pensar al mismo tiempo en las verdades que le habían enseñado en la Universidad, y su monótona repetición de los artículos de fe le servía de mecánico rezo, y de medida del tiempo.
"El Señor, tu Dios te ha entregado en herencia la materia y las energías, los principios inmutables y las formas mutables, los elementos y los poderes, para que los manipules, transformes, estudies y transportes de un lugar a otro".
Exactamente 65 segundos. Alzó las manos, capturando psíquicamente las energías cósmicas. Repitió entonces la antigua salmodia de Angbrur... combinaciones fonéticas inverosímiles, que seguían brotando improvisadamente de sus labios conforme adaptaba los cálculos matemáticos a las circunstancias del momento actual. Su mente seguía concentrada en las leyes de la Física Trascendental.
"Cuarta Ley del Teorema De Angbrur: La Sustancia es una Idea. Su intensidad crece y decrece en función de parámetros establecidos por Dios. Alcanzar la Idea supone alcanzar la Sustancia. El conocimiento de los Fundamentos de la Transposición permite traspasar la Sustancia de un recipiente a otro, con la misma facilidad con que se llena un vaso de vino"
Aferró entonces su talismán dorado con una mano mientras dibujaba en el aire las runas numéricas de la cábala. De pronto volvieron a liberarse las energías místicas de la Medida Invisible; las esencias puras de la medida, la materia, la sustancia y el movimiento brotaron como flores en el rancio aire de la bodega. Por un momento bailaron azarosamente, pero pronto fueron capturadas por el pensamiento de Inkhar.
"Última trasferencia. Dios es grande". Cada trasferencia se había llevado un poco de su ser. Su piel había palidecido y sus huesos crujido, y horrendos dolores habían sacudido sus extremidades. Ahora llegó un estallido enorme de energía y un aullido ensordecedor, mientras la operación se realizaba e Inkhar recitaba la Fórmula del Regalo.
Cuando Inkhar se incorporó, descubrió que el luminoso espíritu que había atado al círculo cabalístico había adquirido una leve consistencia viscosa. Se miró al espejo. La operación se había desarrollado con éxito. Inkhar había traspasado parte de su volumen corporal a la criatura que de ahora en adelante sería su familiar.
Parte de sus músculos y grasa habían desaparecido, y la piel aparecía pegada a los huesos. Notó un cosquilleo extraño en los pies... Por supuesto, faltaba el dedo meñique del pie derecho y el anular del izquierdo; pero nada más aparte de un par de muelas. Todo según los cálculos.
Bueno, no sé si muy duro lo de las partes del cuerpo perdido pero da una idea, y queda gráfico, en cualquier caso no deberían tener efectos sobre el juego aparte del TAM... En todo caso, el enflaquecer es más bien pérdida del TAM que de CON (que sería sobre todo el traspaso de la fuerza vital de los órganos) aunque ambas cosas están por supuesto relacionadas. Perder estatura tampoco queda mal si se le da el tono adecuado (probablemente el de "El Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", donde también perdía estatura en la transformación).
Las consecuencias generales deberían ser descritas en función de todas las características perdidas, y varias características podrían estar ligadas a una sóla descripción del estado general.
Saludos,
Antonio
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