Jugar en la Europa fantástica es una buena idea. Además tienes facilidad para poder encontrar información en grandes cantidades sobre lo que haga falta.
Ahora bien, para jugar en Glorantha no hace falta haber escrito una tesis doctoral sobre el mundo. Todo el material existente sirve para enriquecer la imaginación y las partidas y lo que uno no sepa (porque no conoce todo el material, o simplemente PORQUE NADIE LO HA DESARROLLADO JAMÁS) se lo inventa y santas pascuas. No hay por qué tener un temor reverencial a Glorantha que impida jugar hasta que no conozcas hasta el último detalle de los cascos de los regimientos del Reino de la Guerra (ya se sabe, cuernos o alas ;-)
Es más, aunque no tiene por qué, es otra irracionalidad, a mí me impone mucho más Europa histórica. Es mucho más fácil cometer errores históricos en un mundo que existió de verdad que en uno que está practicamente por inventar. Aunque en realidad da igual, incluso podemos cometer errores a posta, porque nos viene bien, tampoco es plan -a mi juicio- de hacer una versión rol de "El Rey Escorpión" ;-), por muy alternativa que sea la tierra.
Saludos,
Antonio
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