No es por hacerme publicidad, pero a mí me parece que mi explicación le da bastante sentido ;-)
> Ese sistema de hechicería me parecería válido si va ligado a una
>deidad más o menos caprichosa, que te concede poder a cambio de que
>cumplas determinadas funciones
No, salvo que fueran distintas deidades, porque los Votos pueden ser contradictorios (Los Altos Votos son siempre en parte contradictorios entre sí).
A ver. Hay un Cosmos (runa del triángulo), también llamado Ley. Son las leyes que explican por qué las cosas son como son y todo lo que pasa (incluiría para científicos jurídicos como los brithinos y malkionitas leyes físicas, sociales, jurídicas, psicológicas, morales: la lex naturalis, la ley eterna). Son las leyes que mantienen unido el universo (los paganos dirían el Gran Compromiso de los dioses). El hechicero puede utilizar su inteligencia y voluntad para modificar la realidad existente conforme a las leyes. Para hacer eso tiene que conocer, comprender, adherirse a la realidad en su conjunto (y esa habilidad, mezcla de conocimiento, adhesión personal y sabiduría mística es la Presencia). Al contrario que el hechicero caótico, el brithino o malkionita se somete a la realidad para controlarla, sigue la corriente del río, pero para que le lleve a donde quiera. La Presencia es una medida de su sometimiento, pero también de su control y de su comprensión de la realidad.
Por supuesto la comprensión absoluta de ese conjunto infinito de leyes (que los malkionitas llaman Dios y los brithinos simplemente la Ley) es imposible para seres finitos y limitados. Por eso, los humanos se limitan a comprender y estudiar porciones de la realidad. Por eso, diría un Aprendiz de Dios bastante hereje, las filosofías malkionitas se pueden contradecir entre sí en su enumeración de normas morales y jurídicas, sólo se centran en una parte de la Ley.
Cuando un hechicero toma un voto de conocimiento, aprovecha su conocimiento de la realidad para incrementar su poder de influir en ella. Cuando un hechicero toma un voto de conducta, disciplina su voluntad, y así la fortalece. LO IMPORTANTE NO ES EL VOTO EN SÍ, SINO LA DISCIPLINA. Al limitar su conducta por un lado, se deja llevar por la corriente del río de la Ley y adquiere la fuerza necesaria para avanzar en su progreso. El hechicero no sólo estudia las leyes, sino que se adhiere con fuerza a ALGUNAS de ellas, obteniendo poder sobre la realidad, conforme a las leyes. Al contrario, los caóticos pueden cometer Transgresiones, ruptura del tabú que debilitan el tejido de la realidad y les permiten retorcerla contra sus principios básicos.
Los Votos que un hechicero puede coger dependen de las normas de conducta que existen para los hechiceros en su cultura de origen. Por eso algunas sectas pueden coger sólo determinados Votos y tienen prohibidos otros. Lo importante, como en nuestro rollito de la aparición del Caos es la percepción del sujeto y de la sociedad de estar disciplinando su conducta conforme a la Ley. Eso hace progresar su conciencia (no es un regalo de ninguna divinidad), y por tanto es apropiado para la hechicería atea (no caótica) y malkionita.
Saludos presenciales,
Antonio
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