RE: [G] Partida en Carmania

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Fecha: Tue, 18 Jun 2002 16:36:24 +0000


> El problema de tener un PJ caótico es que es una cuestión de todo o
>nada, en el Imperio no, pero fuera de él, si lo detectan lo matan,
>así que el master ha de pensar si casi preparar toda una sesión
>porque las cosas van a cambiar radicalmente por un PJ.

En mi humilde opinión, ante eso hay dos opciones:

-El Master no permite personajes caóticos porque no encajan en su campaña. Absolutamente legítimo.
-El Master permite personajes caóticos pero informa al jugador de las consecuencias que eso conlleva. El jugador elige libremente, y se somete a las consecuencias de su elección.

Si te quieres hacer un ogro, pues tienes que asumir que eres caótico. Si no estás dispuesto a cargar con eso, no te hagas un ogro. Otra cosa, a mi juicio es reducir a nada las consecuencias de trasfondo del Caos y de los ogros y convertir los ogros en una cuestión de números.

> de sesiones como debería, ya que un caótico es detectado
>relativamente rápido en zonas bárbaras.

No tiene por qué. El culto de Urox es muy minoritario, y en el Imperio Lunar, prohibido, y si eres caótico y te vas a un sitio donde hay uroxis, allá tú. Si eres mata-dragones y te vas a un sitio donde hay dragones, allá tú.

> Sí pero esto me trae el mismo problema, el jugador lo puede tomar
>como una persecución a su personaje, así que he hablado con él en el
>tercer tiempo

El mismo libro que concede a los sacerdotes magia reutilizable, les impone un 90% de su tiempo al culto. Así que hay dos opciones:

-El Master no permite sacerdotes al inicio de su campaña, porque es una cosa de aventureros vagabundos.
-El Master permite sacerdotes, pero informa al jugador de las consecuencias de llevar uno y el jugador asume las consecuencias.

También puedes ser un poco flexible con la regla del 90% en tu campaña, si te conviene, pero en mi opinión nunca hasta el punto de que ser sacerdote sea sólo una manera de obtener magia reutilizable, es decir, una vez más una cuestión de números, no de la historia.

Libertad, pero responsabilidad, diría el palurdo de Orlanth, por una vez con toda la razón. Si dejas al principio de tu campaña libertad para que cada uno se haga el personaje al gusto, tendrán que apechugar con las consecuencias de su elección (no es una cuestión de castigo ni de buscar problemas para perjudicar al personaje, sino de simple coherencia de la historia; el hecho de que a alguien le haya dado la gana hacerse lo que sea no tiene por qué cargarse la coherencia de tu historia). No se van a quedar sólo con las cosas de números. Si te haces un broo, tienes que asumir que es posible que te linchen en cada pueblo, si es que tu grupo te soporta, si te haces un Sultán tienes responsabilidades de gobierno, etc. La opción me hago un ogro pero no me detectan como caótico y además soy sacerdote y tengo un montón de magia reutilizable pero no tengo nada que ver con el templo me resulta sencillamente imposible, en un juego que cuida mínimamente la historia y el trasfondo aparte de los números.

No obstante, entiendo que si el jugador desgraciadamente no tuvo la información pertinente a la hora de crear el personaje, un cambio radical que le impida jugar puede producir un conflicto perjudicial para la campaña. Así que los medios sutiles, como los que dices del tercer tiempo e ir introduciendo cosas en la trama relacionada con su condición de ogro y con sus obligaciones como sacerdote seguramente sean la mejor solución.

> En fin, pero que sepas que el truco de utilizar el orgullo para que
>se uniesen a la caravana funcionó y los he enganchado al
>tema. :))))))))

No falla. Incluso aunque se sepan manipulados ;-)

Saludos,

Antonio

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