Curioso, ese síndrome que has descrito pasa a veces en jornadas en las que entras a jugar y hay un jugador superresabiado que ha venido incomprensíblemente a jugar con su Master de siempre, y con su ficha de siempre, y nos dice a los demás lo que tenemos que hacer. Pero en estos casos no es grave, por tratarse de una sóla sesión.
En una campaña larga, veces la solución traumática no es muy posible porque la gente juega al final con su grupo de amigos de toda la vida, y de todas formas yo prefiero la solución traumática cuando se han intentado otras.
Con el Rey Théoden y Grima, supongo que el resto de los jugadores no está muy contento, salvo quizás el posible caso de que el resto de los jugadores sean novatos y disfruten de la mera experiencia de estar jugando al rol, así que una posible solución es discutir el tema los jugadores con el master en cuestión y con el jugador. Hay maneras de plantear las cosas para que no parezca un ataque a la capacidad del Master y por tanto este reaccione a la defensiva.
Si eso falla y no te apetece cambiar de grupo, lo mejor quizás sea dejar esa campaña y dirigir tú mismo a los mismos jugadores (incluyendo a Grima) una nueva campaña [en mi grupo solemos estar jugando muchas a la vez y ni siquiera cabríamos todos en todas]. Al fin y al cabo para que haya un Grima tiene que haber un rey Théoden que se deje dominar.
Saludos,
Antonio
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