¡Ese Vadelinoooo! Estupendo trabajo de recopilación y "decoración" de las ideas surgidas hasta ahora. Me ahorras el trabajo de recopilarlo (bueno, a medias, porque ya había empezado a juntar trozos... :P)
No obstante hay algunas cosas que no me terminan de convencer y expondré la versión que yo utilizaré...
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Esta parte no me termina de convencer en el primer apartado (lo de aplacar a los fantasmas). Prefiero creer que nadie atraviesa el Paso entretanto, atemorizados por las espeluznantes historias de los supervivientes de las primeras expediciones que lo intentan. Si algunos temerarios lo atraviesan, es simplemente porque pueden hacerlo de día y viajando rápidamente, en grupos muy reducidos y con poco bagaje (y todo para morir en Dorastor a merced de los horrores que el Caos poco a poco va engendrando allí). Y los que lo hacen no pasan la noche en el Castillo abandonado, sino que la evitan como si el diablo viviera dentro, ya que me gusta la idea tercera que planteas (que de hecho se apunta desde un principio de la discusión) que habla de alguna maldición sobre los moradores del Castillo. Quizá simplemente la guarnición fue confinada en el Castillo y por la maldición y murieron de hambre, sed o (mejor aún) en combates fratricidas presos de la locura por la incapacidad de abandonar el Castillo, para descubrir que... ¡aún después de muertos son incapaces de abandonarlo!. Y vagan por el plano mundano perfectamente visibles condenados a vagar por sus muros, por sus pasillos, etc. Casi todos enloquecen (muchos antes incluso de morir) y son hostiles a cualquier cosa que penetre en el Castillo.
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Si... pero si admitimos que los habitantes del Castillo habían sufrido una maldición, para establecer esa pequeña guarnición primero hay que librarse de las decenas (tal vez cientos) de fantasmas que pueblan su interior. Para eso se me ocurren un par de métodos. El más largo y costoso sería el siguiente: siendo el Imperio famoso por la coordinación de sus magos capaces de formar unidades de combate, probablemente un grupo de escogidos para esta tarea, y tomando como base el cercano Último Fuerte de Arkat (ya en manos Lunares), se puso manos a la obra con la dura tarea de capturar uno tras otro a los fantasmas. El segundo y más rápido y efectivo es que directamente se despacha al Murciélago Carmesí (que si no recuerdo mal es capaz de devorar seres del otro mundo) para merendarse a los moradores del Castillo. Tras unas pocas incursiones del Murciélago el número de fantasmas seguro que sería diezmado. Luego un grupo reducido de legionarios lunares apoyados por magos se hace con el Castillo. Me seduce más esta segunda idea.
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Yo además añadiría algunos alicientes más, como unos pocos fantasmas que todavía habitan en el Castillo, ocultos en recónditos lugares para no ser encontrados por el Murciélago en primera instancia, y los soldados de la guarnición y magos en segunda. Quizá estos últimos fantasmas son neutrales en su mayoría (o incluso alguno amistoso) y muy pocos malignos y problemáticos.
> O bueno... ahora mismo no lo tengo, pero recuerdo haber
> leído algo allí sobre una torre-fortaleza ocupada por una
> guarnición lunar (idéntica a lo que he descrito) en la que
> hay algunas ruinas misteriosas de la época de Arkat... ;b
Quizá te refieras al Último Fuerte de Arkat, que viene descrito en el Dorastor (y que incluso trae a los PNJ's que lo habitan). Está situado en la falda de las montañas, poco antes de llegar al Castillo de Kartolin desde Dorastor. Por esta razón precisamente NO era partidario de que la guarnición de Kartolin fuera del Imperio, porque se supone que el límite de la influencia Lunar termina en este Último Fuerte de Arkat. Pero la idea de una guarnición meramente presencial, más compuesta de magos y estudiosos que de fuerzas militares, me parece aceptable.
Soy de la opinión de que las guarniciones (tanto la del Castillo como la del Último Fuerte de Arkat) no deben ser demasiado numerosas (no me imagino a Razalkark permitiendo el paso de grandes contingentes de tropas por sus dominios). Pero sobre todo la de Kartolin me la imagino como un grupo presencial fuertemente preparado y con un número importante de magos que todavía estudian los extraños y potentes poderes que allí residen.
En fin, como se suele decir: ¡más madera, que es la guerra!
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