Y sin embargo existe, y es un fenómeno de consecuencias imprevisibles.
La base religiosa en las comunidades urbanas asentadas a lo largo de la cuenca del Janubio es una forma natural de Henoteísmo, modernizado a diferencia de Carmania por la ortodoxia de los Cánones Perpetuos, pero profundamente imbricado de tradiciones "paganas" precisamente por la ausencia absoluta de una imposición normativa a lo largo de toda su historia. Ni siquiera durante la época imperial en que Fronela estuvo sometida a los Aprendices de Dios las ciudades del curso medio y alto del Janubio despertaron una atención que no fuese comercial y económica. Constituían una cómoda zona de influencia que no requirió de grandes esfuerzos para ser asimilada, pero en ningún momento se planteó una cruzada evangelizadora que hiciese a aquellas gentes purgar los vestigios de paganismo que convivían con la fe malkionita. Simplemente estaban en los márgenes continentales del Imperio y no resultaron nada conflictivos, con lo que no se justificaba una acción inquisitorial agresiva. Cuestión de racionalizar recursos.
Así que los urbanitas janubianos (tal como denominan sus vecinos a las gentes de las ciudades estado) disfrutaron de un inesperado regalo de la historia: la posibilidad de evolucionar libremente en el terreno religioso, sujetos a una notable influencia cultural (y a una significativa presión demográfica malkionita) pero adaptando por sí mismos su propia tradición a las poderosas ideas llegadas de occidente.
Y precisamente sobre este sustrato cae con la suavidad de una pluma pero el efecto de un terremoto la filosofía inclusivista de la Vía Lunar, llegada de tierras orientales. Una filosofía cuidadosamente adaptada para encajar como una llave en la cerradura dentro del sistema de pensamiento de los Henoteístas, especialmente tras haber contado con la experiencia Carmaniana para preparar el terreno.
Aquí la Diosa Roja se presenta como una nueva profeta del Dios Creador Todopoderoso (Dios Invisible) destinada a extender una nueva oleada religiosa que traiga el impulso renovador indispensable para un Creador fatigado y en cierta manera dormido. De este modo la Vía Lunar se instituye en solución a los problemas pendientes del malkionismo, tales como superar la amenaza del Caos e integrar el mal del universo -todo lo que es percibido como amenaza- en una escala coherente bajo la voluntad de Dios.
Esta nueva filosofía ha impregnado las creencias de las ciudadesestado de Galastar y de Fluviunión, siendo popular incluso en Zoria, pero todavía no ha desatado una verdadera oleada de conversiones tal como aspiran sus artífices intelectuales. El tiempo dirá en qué puede llegar a convertirse...
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