Yo creo que los lunares también deben tener prejuicios erróneos (del tipo: todos los lunares son caóticos y tienen rasgos caóticos) sobre esos extraños bárbaros rebeldes que viven en una pequeña provincia sureña. Algunos pueden venir de descontextualización:
-Los jóvenes orlanthis se entrenan y hacen famosos entre sus congéneres mediante el robo de las propiedades ajenas, incluso haciendo que sus vecinos caigan en el hambre (verdadero, pero ha sacado de contexto el robo del ganado y las nociones de propiedad y justicia orlanthis).
-Los herederos de Rebellus Terminus pueden practicar abierta y libremente el asesinato, con tal de que tengan suficiente dinero para sobornar a sus parientes con el precio que estipula la tradición (sacado de contexto).
Otros pueden venir de hechos inexactos deformados por la propaganda, el morbillo televisivo y entretenido de los bulos legendarios, la lejanía, o incluso los orlanthis asustando a sus enemigos con historias falsas.
-Los orlanthis practican el canibalismo (¿deformación de los ritos de Maran Gor?).
-Los orlanthis sacrifican cruelmente a sus reyes cuando llevan un cierto tiempo para "oponerse a la tiranía" (¿sacado del mito de Terminus vs Yelm).
Aún así, yo pienso que los practicantes de la Vía Lunar (que no son todos los habitantes del Imperio) tienen en principio menos papeletas para ese tipo de cosas que otras culturas gloranthanas (por el carácter sincrético e inclusivo de la Vía Lunar). Pero en cualquier caso ¿desde cuando los integrantes de una civilización cumplen a rajatabla sus elevados principios morales?
> Porque el Caos aparece en todas las tradiciones y por mucho que
> te guste plantearlo así, no todos son una panda de integristas y
> tradicionalistas que se niegan a plantearse siquiera nada ajeno!
El Caos repugna "naturalmente" a todos los seres vivos de Glorantha. A veces está escondido y no es detectable, pero si es evidente (un gorp, un demonio kraljki, un broo, etc.) produce (en terminos generales y con las excepciones que sean pertinentes) una sensación de repulsión del propio organismo (al menos eso dice el Staffador). Tu propia vida lo rechaza, tu propio instinto. Un poco como los horrores innombrables de Lovecraft.
Ahora bien, una cultura puede introducir algo contrario a los instintos (como la abstención de sexo o el ayuno), pero eso siempre es conflictivo.
Los habitantes del Imperio (dara-happanos, pelorianos, etc.), odian y desprecian el Caos como el resto de las culturas. Solo que está todo matizado por la intervención de la Diosa (sin la sutileza de los teologos lunares que si dirán eso de que el Caos puede integrarse en el Cosmos en sus montajes filosóficos). La Entropía teóricamente no tiene por qué ser mala necesariamente, pero en condiciones normales, autoridades y ciudadanos combaten al Caos (esto es, las conspiraciones Krashtitas para corromper la sociedad, la familia infiltrada de ogros que se come a los niños del pueblo, la pandilla de broos violadores) como el resto de las culturas. La Diosa utilizó el Caos, pero vamos, ella es la Diosa y puede con todo, sabe lo que se hace, niños no hagáis esto en casa.
Vale, algunos sabios debidamente autorizados investigan con Entropía en sus conventículos secretos, con las debidas prevenciones, por el bien del populacho. Alguna gente estará de acuerdo con esto (al estilo de la energía nuclear en nuestra sociedad, peligrosa y contaminante pero nos puede venir bien, así que de lo que nos tenemos que preocupar es de que haya buenas medidas de seguridad y que no haya el más mínimo fallo), o con posturas menos optimistas del estilo "si va a haber cosas de esas en todas partes, al menos que estén más o menos controladas por la autoridad". Otra gente las rechazará tímidamente "no me gusta la idea, pero prefiero mirar para otro sitio y concentrarme en otras cosas", y otros desarrollarán rumores conspiratorios para dar forma a sus miedos "el culto de Krasht se ha infiltrado en la Liga de Harland", pero en general la gente se aguanta. Por supuesto, no faltarán los entusiastas de los poderes caóticos, pero estos preferirán no proclamar demasiado abiertamente su entusiasmo.
Habrá pequeñas cosas más abiertas, "de estilo" a las que la gente se ha ido acostumbrando. Si un ocasional gladiador tiene un horripilante tentáculo, es horroroso, da miedo, da repugnancia, pero es parte del espectáculo. Si tu prima ha sido violada por un broo, en vez de hacerla abortar "sería peligroso, podríamos provocar su muerte", la tratarán las sacerdotisas de Deezola con sedantes y magia analgésica y esperarán a la Luna Llena para producir mágicamente un parto sin dolor controlado y extraerle a la criatura sin perforaciones agresivas. Luego el engendro es "neutralizado", hecho desaparecer y a nadie le importa que haya sido llevado a un lugar donde no puede hacer daño a nadie y quizás pueda ser reeducado para funcionar en la sociedad. Quiero decir, este tipo de cosas serán más bien raras pero no producirán conflicto en las zonas más lunarizadas (Sombra de Plata o Glamour, por ejemplo), pero podría ser poco conveniente realizarlas públicamente y dando detalles en zonas más tradicionales.
> pero no son los poseedores de la verdad, Y NO TIENEN RAZÓN!!!
Yo diría que en términos objetivos generales y abstractos. Es decir la presunta super-regla-general-que-explica-todo no puede decirse si tienen razón o no. Bueno, puede decirse, pero será una opinión como otra cualquiera. Yo ya he dicho que no estoy interesado en este tipo de reglas.
Más interesante me parece que si tienen razón o no lo descubramos en nuestras partidas... bueno, tú también lo has dicho.
Es decir, lo que importa es si Maleficarum, el hechicero-vudú-lunar tiene razón o es un desquiciado, desde el punto de vista de nuestra historia. Teniendo en cuenta sus características personales, las circunstancias del contexto, la perspectiva de los personajes jugadores, la moralidad real de los jugadores y el master (que como no, entrará en nuestras partidas, y a mí me parece bien).
Saludos,
Antonio
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