«En aquel lejano día, durante la vida de su pueblo, el jefe
Parthorlas tomó la cabeza de su hermano, Diermadas, y corrió de
vuelta a su fuerte de piedra. La persecución fue terrible. Cuarenta
hombres con lanzas, cuarenta hombres con espadas, cuarenta perros tan
grandes como ciervos, pero Parthorlas corrió más que todos ellos, con
la cabeza de su hermano en la palma de la mano izquierda.
»En aquel día, el río había inundado las orillas y los shamiga
estaban de caza, todos menos la chica Swithoran, cuyo amante era el
hijo de Diermadas, conocido como Kimuth, el que Habla con los
Halcones. La chica Swithoran entró en el agua y agachó la cabeza,
para ayudar a Parthorlas a pasar. Era una piedra tan suave como todas
las demás, con una superficie blanca y pura que se alzaba sobre el
agua. Parthorlas pasó sobre ella y saltó hacia la otra orilla, pero
luego retrocedió y recogió la piedra del río.
»La transportó en la mano derecha. Su fuerte era de piedra, y había
un agujero en el muro sur. Y, desde aquel día. Swithoran pasó a ser
parte del fuerte, en aquel agujero, para detener el viento invernal.
»Kimuth, el que Habla con los Halcones, convocó a los clanes de su
tuad, que es lo mismo que decir las tierras que dominaba, y les
obligó a jurarle lealtad, ahora que Diermadas estaba muerto. Así lo
hicieron, tras un mes de negociaciones. Entonces, Kimuth, el que
Habla con los Halcones, les guió para lanzar un ataque contra el
fuerte de piedra.
»Y eso hicieron durante siete años.
»E1 primer año, Parthorlas solo, disparó flechas contra las huestes
de la llanura, bajo el fuerte. El segundo año, Parthorlas tiró lanzas
de metal contra las huestes. El tercer año, hizo cuchillos con la
madera de los carros, y así siguió hostigando a las huestes furiosas.
El cuarto año, liberó al ganado y a los cerdos salvajes que tenían en
el fuerte, quedándose sólo con los necesarios para sustentarse él y
su familia. El quinto año, sin armas, con poca comida y menos agua,
lanzó a su esposa e hijas contra el ejército de la llanura, y con
esto los dispersó durante más de seis estaciones.
Luego lanzó a sus propios hijos, pero el que Habla con los Halcones
se los devolvió, y esto asustó a Parthorlas más que nada, porque sus
hijos volvieron como gallinas sumisas y encorvadas. El séptimo año,
Parthorlas empezó a lanzar piedras desde las piedras de su fuerte.
Cada piedra era tan pesada como diez hombres, pero Parthorlas las
lanzaba hasta el horizonte. Empezó a lanzar las últimas rocas, las
que le protegían del viento invernal. No reconoció la suave piedra
blanca que recogiera en el río, y la lanzó contra el jefe guerrero
Kimuth, el que Habla con los Halcones, y le mató.
»Swithoran quedó libre de su forma de piedra, y lloró por el guerrero
muerto.
"Mil hombres han muerto por culpa de un agujero en un muro -dijo-.
Ahora yo tengo un agujero en el pecho. ¿Morirán un millar más por
eso?" Los jefes de los clanes discutieron el asunto, y luego
volvieron al río, porque era la temporada en que los grandes peces
suben desde el mar. Aquel lugar del valle pasó a llamarse Issaga
ukirik, que significa "donde la chica del río detuvo la guerra".»
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