No, los objetivos del personaje se los he puesto yo, pero eso no quiere decir que sean mis objetivos, es decir, lo que pretendo conseguir cuando voy a jugar la partida. Cuando voy a jugar la partida voy porque me divierto e interpreto a un personaje que tiene sus objetivos.
También podría ser que un tiempo después juegue con un personaje con unos objetivos totalmente opuestos a los del anterior. ¿Entonces que pasa? ¿Es que me dedico a cambiar de idea, de blanco a negro? ¿No será que son objetivos del personaje y no míos? Si intercambiase mi personaje con otro jugador, instantaneamente los objetivos del personaje que interpreto cambian. Evidentemente son objetivos míos desde el punto de vista que durante la partida yo interpretaré al personaje intentando conseguirlos, pero con ese razonamiento los objetivos de un actor no serían interpretar bien si no los del papel que interpreta.
>
> >En cuanto a los objetivos, son los del personaje, no los del
> >jugador. No confundamos. Y, como los seres humanos, los personajes
> >no tienen uno o dos objetivos, sino muchos más. Muchas partidas que
> >yo dirijo se centran en las motivaciones de los personajes, y cómo
> >entran en conflicto muchas veces de manera interna.
>
> Está claro que el personaje-jugador tendrá unos objetivos generales
> al margen de la duración de una reunión, pero está claro que cuando
> el árbitro diseña un escenario tiene unos objetivos en mente, si no
> no habría motivación para que el jugador entrara en la trama.
>
> >¿Perdieron en el juego? Todo lo contrario. La finalidad de la
> >partida no era otra que profundizar en sus personajes y en el
> >conflicto. Era, ya que te han hecho la comparación con el cine, como
> >ir a ver Requiem por un Sueño. No ibas a reírte, sino a otra cosa.
>
> Luego si existen objetivos (finalidades) más o menos profundos.
>
> >Esto, a favor de lo que decías tú la otra vez, es más que
> >discutible. Hay humanos más tontos que los ordenadores...
>
> Si hay algún informático en el foro, te podrá decir que hasta el más
> tonto de los humanos es infinitamente más inteligente que un
> ordenador, los ordenadores no tienen inteligencia.
Hay árbitros que si intentas hacer algo que se sale de su guión te pone pegas, muchas veces ridículas, y no te deja hacer nada que no hubiera pensado él, ofreciendote muchas veces menos opciones que algunos juegos de ordenador.
> Existe una diferencia de actitud, al personaje "estupido" se le deja
> la responsabilidad y al "genio" le ayuda el árbitro. En el primer
> caso, un desliz de personalidad y ya te han colgado el san benito
> de "mal jugador", en el otro, como eres un personaje inteligente, te
> dan pistas para resolver la trama y encima "eres un as jugando".
No eres un as jugando (interpretando), has tenido suerte en los dados si esa ayuda ha venido por una tirada. Obviamente los jugadores no encontrarían ningún problema ahí, el que lleva el personaje "estúpido" lo lleva porque quiere (por lo menos conmigo) y ya sabe que no debería resolver tramas complejas. Y normalmente el árbitro procura que todos tengan su momento de protagonismo, cada uno donde se le dé mejor.
> Está claro que competición para ganar copa no hay, pero sí existe un
> premio virtual, que sería que el árbitro no te pusiera la etiqueta de
> mal jugador y no salieras en una foto de busca y captura en la gaceta
> del rol, vamos que es como si te marcaran con la letra escarlata.
Eso es llevar las cosas al extremo, nadie está pendiente todo el rato de si alguien juega bien o mal, para luego ir proclamándolo por ahí. Y unos días jugarás mejor y otros peor. No me he leído el enlace que te ha dado Alejandro, pero o exageran mucho o tú te lo estás tomando de una forma muy extremista.
> Puede que competición no haya, pero sí hay rencillas y piques varios
> que surgen de los distintos modos de entender la diversión,
En todo los años que llevo jugando a rol no me he enfadado con nadie por culpa de éste, he podido discutir (dialogando) con algun master porque no me parecía que hubiera llevado bien alguna situación, pero nada de enfadarnos ni de dejar de jugar.
Sergio
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