Eso es lo que quería decir. Si el sistema de juego incorpora azar para resolver situaciones (no es estrictamente necesario pero es lo típico) la supuesta "suerte" (si existe) ya está computada en el azar.
Si se define en un juego simulacionista un valor abstracto de "suerte" y un personaje tiene mucha, sería intolerable desde un punto de vista simulacionista que el jugador "tuviera mala suerte" y no hiciera más que pifiarla, lo que puede suceder. De hecho, la misma acción de "hacer una tirada de suerte" estrictamente hablando parece un contrasentido.
Cuando incorporas el azar a las reglas ES PRECISAMENTE PORQUE QUIERES QUE LA SUERTE DEL PERSONAJE NO ESTÉ DEFINIDA PREVIAMENTE, sino que se descubra jugando.
Así que yo también prefiero utilizar un porcentaje fijo. Ahora bien, la "tirada de suerte" de RQ es moderada y no hace demasiado daño. En realidad, no define la suerte del personaje sino que es una manera de calcular determinados porcentajes que no se sabe exactamente de qué dependen. Si se hacen depender de la PER, basta incidir en las descripciones en el carácter mágico y mitológico del mundo (si es el caso) y sería precisamente esto lo que estamos simulando. En realidad no quieres calcular el porcentaje de que haya una rama o no en una zona de tal tipo, sino que determinada posibilidad de juego está sometida a incertidumbre y esta incertidumbre es misteriosa (no se sabe de qué depende). Si te sale la tirada, debes hacer una descripción apropiada a las creencias mitológicas del personaje (e.g. Ángel de la Guarda). Así pues, que los dioses te hayan salvado en una ocasión en la que fue de Su Agrado no implica que tu personaje tenga una cosa llamada "suerte" que afecte a todas las situaciones sometidas a incertidumbre. No olvidemos que los dioses son caprichosos y simulamos precisamente su capricho (como en el test de santidad si lo utilizamos).
Saludos,
Antonio
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