> Pues en esas estamos. La Diosa es divina contradicción!
> Como salmo es resultón (por la sonoridad y todo eso...)
> pero cuando hablamos de "realpolitik" imperial, ejem...
Nopes. Tu invocación a la realpolitik no es más que otro salmo resultón. Te lo digo como científico social (últimamente dado a la teoría política) especialmente interesado en la "teoría de la práctica". Los salmos resultones del cinismo suelen dar buenos réditos políticos para favorecer la postura propia, pero no sirven para entender la realidad. Curiosamente (aunque vamos, no sorprendentemente por lo que vemos en antropología y psicología social), la gente es capaz de ver las simplificaciones burdas y estúpidas de sus contrarios, de los "otros", pero no le cuesta más trabajo ver las suyas. Por ahí iba Malinowski en la anécdota que contaba sobre los cristianos mentirosos. No es tan simple como "en teoría es una cosa, pero en la práctica es otra"; porque si no entiendes lo que es en teoría, tampoco podrás entender la práctica.
Por ejemplo ¿para entender la sociedad estadounidense es preciso comprender el mito del "sueño americano" y la igualdad de oportunidades de la que hablábamos el otro día? Pues sí. Desde luego, los mitófobos y los americanófobos podrán encontrar incontables datos que muestran como el sueño americano se desinfla con los hechos, por ejemplo en lo relativo a la adscripción de clase. ¿Significa eso que no es importante para entender la realidad americana? Para nada. ¿Significa que es una mera estrategema de diseño empleada por conspiradores para tener contento al populacho? Buf, eso sólo lo creerían los vulgarizadores del marxismo (no Marx y Engels, desde luego, que no parece que fueran los simples que creen sus vulgarizadores y críticos acérrimos) ¿significa que esa ideología no impulsa ninguna conducta real? Para nada. Así, puedo escuchar a gente por Madrid que lo del Estatut es una cuestión exclusivamente de intereses económicos, un atraco a mano armada, y que el envoltorio ideológico del, llamémosle nacionalismo "en la práctica" no tiene nada que ver con lo que está pasando. Evidentemente, es una simpleza (equivalente a las que podrían proferir algunos catalanistas), buena para la conversacion de bar, pero mala para comprender bien el asunto.
En política se utilizan a menudo salmos basados en la realpolitik del contrario. Estoy seguro que muchos en Glorantha las dirán del Imperio Lunar, pero eso no nos exime de una aproximación más completita para la recreación.
Volvamos al Topic... ¿Oportunidades de juego?
Si asumes que la ideología del sincretismo, o las promesas de libertad y comunión son meras patrañas no estás creando oportunidades de juego. Estás creando un mundo en blanco y negro (concretamente, en negro), construido sólo de cinismo. Lo que te dice siempre el Califa, con mucha razón, a mi juicio. Es un salmo resultón del cinismo. Pero no defines una realidad compleja. Eso no implica que la realidad del Imperio se corresponda con las paranoias del zumbado fanático de turno del clero lunar. Esa es otra representación igualmente simplista; algunos personajes las tendrán, pero ninguna de ellas nos sirve bien de referencia.
DE HECHO, al darle importancia a los valores "positivos" del imperio lunar LE ESTÁS DANDO IMPORTANCIA DRAMÁTICA A SUS CONTRADICCIONES. Si es una patraña, se acaba en seguida la gracia, lo malo es que "es verdad"; una verdad contradictoria. Y así, no es que haya unos pocos engañados y una élite de conspiradores que "sabe la verdad" (eso se aplicará sólo para algunas cosas), sino que la grandeza y el horror del Imperio ESTÁN POR DOQUIER, de los niveles más bajos a los más altos. Por eso puede haber personajes (jugadores o no) muy lunares horrorizados con la corrupción que se encuentren y dispuestos a regenerarla, contemplando cómo pueden acabar sumidos en todo lo que habían criticado; personajes que se encuentren haciendo lo que no creen, que busquen justificaciones, que busquen excusas; personajes que se arrepientan de sus actos; personajes que miraban al Imperio con horror y de pronto se sientan verdaderamente acogidos, replanteándose su ideología; personajes que al contrario, se ven decepcionados y abandonan la causa imperial... Etc. Es como la anécdota que contaba de la partida en Seshnela... para que sea interesante jugar un satánico TIENE QUE SER CRISTIANO (o equivalente); la gracia del que juega con demonios es que sigue creyendo en la doctrina que se los ponía verdes.
Lo que da interés dramático para mi gusto es la contradicción intrínseca a la actividad humana, no la caracterización ramplona del Imperio Justo o del Imperio Malvado; esas están bien para que las tengan los personajes fanáticos (para que luego puedan cuestionárselas). Pero no es la perspectiva adecuada para el Master.
Eso, con independencia de que tu interés estético se decante por destacar el lado cínico y The Bad Side of The Moon. Puedo comprender que el tuyo lo haga, porque de hecho yo hago lo mismo. De hecho, algunos de mis jugadores afirman algo así como que en mi Imperio Lunar "to el mundo es malo"; esto es porque destaco eso que los civilizados llamamos educación y los bárbaros hipocresía, las puñaladas vaticanas, las intrigas, las mentiras, la traición la doble moral, todas esas cosas. La sensación es que el mundo es un lugar cruel y hay que estar ojo avizor. Pero me gusta que mis personajes hipócritas y mentirosos hasta cierto punto crean sus propias mentiras, se justifiquen, se engañen a sí mismos. Yo creo que puede dar fuerza a lo que los imperiales llaman eufemísticamente "Unlike Ways" (la mierda moral del imperio), es precisamente, que al mismo tiempo el emprendimiento es auténtico.
Saludos,
Antonio
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