Un malkionita diría que Dios sólo actúa con arreglo a las leyes del universo, porque Dios y las leyes son la misma cosa. De este modo, nadie espera un castigo "antinatural". Si el sujeto tiene un desafortunado accidente o le pasa algo malo, con acuerdo a las leyes físicas o a las relaciones sociales, se interpretará que se trata de un castigo divino. Y una vez más, como en Glorantha no hay establecida una verdad absoluta, no sabemos si es cierto o se equivocan.
En mi artículo sobre creencias malkionitas, inventé una solución para el problema, la confesión retributiva. El principio de acción y reacción en el terreno moral implica que ante una acción infractora ha de devenir una consecuencia negativa. Si esa consecuencia no se genera espontáneamente, ha de ser la sociedad la que castigue al infractor, puesto que ha infringido una ley de carácter moral y social. Si, por alguna razón, la sociedad no la ha castigado, su castigo (la consecuencia lógica del error, no porque Dios sea vengativo, ya que las leyes se limitan a ser leyes) tendrá lugar necesariamente en la otra vida, de modo que su alma no podrá alcanzar el Reposo por imposibilidad lógica.
Por ello, si el sujeto confiesa sus pecados, se le impone una penitencia o castigo en proporción a la infracción, y de este modo se limpia su alma. Si el sujeto no confiesa, para salvar su alma es necesario hacerle confesar bajo torturas. Si aún así no confiesa, la sociedad ha de imponer un castigo extremadamente grave: sanción+falta de arrepentimiento= más sanción, para que su alma tenga alguna esperanza. Para eso está la inquisición ;-)))))))
Con esa idea trato de mezclar las confesiones e inquisiciones del cristianismo medieval con el mayor cientifismo de los malkionitas.
>y además, así,transgrediendo, se formaron las heregías, no?
Bueno, ya sabes que opino que son dos cosas diferentes, aunque pueda haber cierta relación.
Saludos,
Antonio
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