Ahí hay pocas recetas, porque depende mucho de la capacidad de los jugadores de meterse en su personaje. Lo primero es que en cierta medida "se identifiquen" con sus personajes, que les tengan estima, que los conozcan y los comprendan. Si esto no sucede, hay que empezar por ahí, y dejar para otro día las sensaciones de la mina (descripción rápida y vamos a lo importante). Si eso sí sucede -a un nivel razonable, nadie es perfecto-, pero aún así quieres resaltar el sufrimiento, es el momento de tomar medidas concretas; se me ocurren algunas, no incompatibles entre sí:
-Ser tremendo en la descripción. Sé que esto es lo mismo que decir nada, y que depende de la capacidad y de la inspiración de uno, pero, ante la escasez de ideas originales, recomiendo "inspirarse" en alguna fuente. Por ejemplo, hay novelas históricas (y documentos) muy gráficas sobre el sufrimiento de los obreros en el siglo XIX, y al fin y al cabo el sufrimiento (desgraciadamente) no tiene época. Si conoces otras fuentes literarias (esclavos en la antigüedad, literatura fantástica...) aprovéchalas.
-Ser tremendo con los efectos en cuestión de reglas. Hay que tener cuidado con esta, que puede resultar injusta o insuficiente, pero es un instrumento más.
-Intercalar descripción/acción. Con esta técnica, no te conformas con hacer una descripción general de sus años de esclavitud. De vez en cuando vas intercalando "instantáneas" de juego, en las que los jugadores tienen que reaccionar ante problemas cotidianos de un maldito esclavo. Reaccionar débiles, con penalizaciones de reglas y hechos polvo a guardias abusones, enfermedades y/o inclemencias de la vida. A veces el orgullo duele más que otra cosa...
-¡Hacerlos participar! A veces para motivar a los jugadores hay que pasarles la patata caliente. Por ejemplo, después de una descripción inicial de las penalidades y las condiciones de vida de la mina, pides a cada jugador que haga una descripción de cuáles son sus sufrimientos, sus angustias, sus nostalgias, qué problemas atraviesa, cómo trata de salir de ellos, sus relaciones con el resto de esclavos, etc [vamos, lo que te interese más resaltar]. Un interludio narrativo ¡en el que narran ellos! El ser Masters-por-un-día, les hará retorcerse las neuronas para describir, en lugar de la actitud pasiva-pasota habitual.
Saludos,
Antonio
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