Sigo diciendo que me parece que hay un error en esa apreciación. Los votos se parecen más a los clásicos "tabúes" mágicos que a las restricciones religiosas. Usemos o no la palabra "tabú" (que es polinesia), en los sistemas mágicos hay restricciones de conducta que resultan arbitrarias [algunas veces tienen naturaleza religiosa, como los requerimientos para los sacerdotes mesopotámicos, pero no siempre].
Generalmente, estas restricciones no vienen referidas exactamente al "capricho de los dioses" o a llevar a cabo una conducta "adecuada", o de cometer "pecado". Más bien se refieren a fuerzas impersonales no siempre nombradas, que es lo típico de la superstición y la magia. Se atribuye a determinada acción un incomprensible poder mágico. Pongamos "pasar por debajo de una escalera"; normalmente nadie piensa que pasar por debajo de una escalera sea "pecado", contrarie la voluntad de los dioses o merezca castigo. Simplemente, has realizado un acto que tiene consecuencias en el mundo mágico, en este caso perjudiciales.
Sólo hay que trasladar eso cambiando lo que haya que cambiar a la extraña hechicería gloranthana o a la de otros mundos de fantasía a la que lo transplantemos. Que es una especie de ciencia basada en la razón y la lógica. Entonces, la razón del efecto mágico del tabú podrá ser científicamente explicada por la interrelación de poderes invisibles.
Eso si te gustan las reglas de Sandy, claro. Pero los votos tienen sentido.
Un ejemplo, referido a la "hechicería" celta: (gess sería el equivalente celta a un tabú):
A gess, although usually a prohibition against behaviour, actually provides power to the individual. The more gessa that have been "put on" a person (usually by a sorcerer) the more danger recipients live with- but also the more power recipients have at their disposal. To have a gess is both a curse and a boon simultaneously.
Saludos,
Antonio
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