Pero me da la impresión de que la enorme putada que sugieres no habrá muchos jugadores que se la puedan tomar á bien. Así que te sugiero dos opciones para que, a la vez, puedas jugar de esta manera que expones, y que la putada pueda ser eliminada:
1- Algún malévolo viejo enemigo del grupo ha decidido utilizar el sucio truco de intoxicar a uno (o varios) de los jugadores con algún elemento que les altera las percepciones y les hace actuar como has dicho. En la aventura, al cabo del tiempo, se deben dar cuenta de que ese (o esos) personajes no carburan y de que deben hacer algo con ellos, aunque sólo sea por su bien.
2- Un espíritu / diablo / duende juguetón, enviado por un enemigo, o bien molestado durante el transcurso de una partida poseé (o mortifica desde las sombras) al personaje, que cada vez parece más ido. Imagínate, por ejemplo, que esa "sombra" que decías es de verdad, pero sólo él la puede percibir debido a un vínculo psíquico, o a que el mismo ser le permite verle.
En cualquiera de los dos casos, los demás compañeros deberían investigar y encontrar la solución (o, al menos, averiguar qué ocurre). Y, por supuesto, también el propio personaje debería hacer lo mismo... aunque sus sentidos no se lo van a poner fácil.
Si todo sale mal, pues mira... no es que seas el director traicionero y ladino, sino simplemente que el "enemigo" de esa partida no es el clásico monstruo machaca, y hay que utilizar el coco para deshacerse de él.
Saludos.
Glaurung.
Posdata: a mí me la jugaron en un juego de ciencia ficción al estilo 1, sólo que ¡todos los jugadores! se volvieron paranóicos y veían lo que no era. Al final, aunque me di cuenta de lo que ocurría, a mis dos compañeros les entró el pánico y uno de ellos nos asesínó a los demás ¡por si acaso! (mientras los otros dos intentábamos neutralizarnos mutuamente para tener el control, que cada uno creía conservar).
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