Tras 8.456 mensajes sobre si los dioses son o serán o son a veces según se levanten, si comerse una chuleta de cordero es un ritual mágico o si se necesitan o no reglas para reglamentar reglamentadamente las cosas que suceden usando un reglamento estricto y empíricamente consistente en todo suceso que suceda sucesivas veces... (inciso para partirme de
risa... :PPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPP) ...resulta que al final, tras leerlos mensajes me veo empujado por una fuerza invisible a participar modestamente en la conversación para aportar mi opinión (ya se, ya se: no le importa a nadie, vaaaale). Lo que significa que... ¡¡¡LEER LOS MENSAJES DEL INQUISIDOR Y EL VADELINO TIENE UN EFECTO SIMILAR A UN CONJURO DE "HIPNOSIS" CON INTENSIDAD 25!!!. Y eso no está en las reglas de RQ de la 3ª edición revisada con reglas caseras tras más de 15 años jugando... ¡MALDITA SEA, AHORA TENDRÉ QUE REESCRIBIR EL REGLAMENTO DE NUEVO PARA QUE MI MUNDO SEA 100% CONSISTENTE!. Aunque claro, quizá esto ha sucedido sólo por mi estado de ánimo actual y las gafas que llevo puestas al leerlo... y puede ser que si me los vuelvo a leer con otras gafas y en la pantalla plana de la oficina no me suceda lo mismo... ¡Cielos, puede que cree una regla que no se cumpla simpre y el mundo se me vendrá abajo! ¡Greg, sálvame, greggizame para que lo vea todo más claro! (tirada de dados de porcentaje... un 98). Nada. No me ha salido la intervención divina. Tendré que improvisar alguna solución para esta situación...
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Bueno, coñas marineras aparte, me gustaría (brevemente) decir mi opinión sobre un par de temas.
1.-) ¿Reglas para todo?, no, gracias, ya he superado esa etapa.
Entiendo perfectamente al Ladino en su postura reglamentadora. Yo antes también tenía tendencia a reglamentarlo todo. Joder, de pequeño, cuando jugaba solo con los soldaditos de plastico a indios y vaqueros tiraba un dado del parchis en lugar de decidir que tal muñeco mataba al otro como los niños normales... El caso es que conforme voy jugando más y más a esto (y conforme el resto de mis jugadores madura también y le va tomando el gustillo a que no todo tenga una regla inflexible por detrás para sostenerlo) me voy acostumbrando a improvisar hechos y resultados porque convienen a una trama o porque crean un clima apropiado. Si se está haciéndo un sacrificio o un ritual de adoración o cualquier cosa que añade vistosidad a la aventura, no tengo por qué reglamentarlo en formato de reglas precisas con tiempo necesario, requisitos, beneficios obtenidos, restricciones, etc, etc. Creo que todos tenemos la mente lo suficientemente flexible como para comprender que se trata de un elemento accesorio a la aventura sin mayor trascendencia que poner de relieve unas costumbres, unas creencias, una forma de acercarse y obtener el favor y la protección de sus antepasados, dioses, etc, cuyo efecto puede ser tan ambiguo y arbitrario como el master estime oportuno y apropiado para la ocasión. Si se tratara de algo más serio e importante, con efectos más relevantes, palpables y concretos, como la obtención regular de un poder determinado, entonces sí, ya estaríamos hablando de algo tan concreto como un conjuro y conviene reglamentarlo (al menos de forma mínima). Además, las reglas estrictas a veces son un arma de doble filo... ya que en ocasiones para una trama conviene que suceda tal o cual cosa y te ves obligado a pasarte por la piedra tu querida y flamante regla. O peor, puedes tener jugadores que te discutan o se pregunten el por qué de esto o aquello si tal regla estipula que las cosas deben ocurrir así o asá. Vamos Paco, que ojo a las reglas que le metes a esto de jugar a rol y su inflexibilidad, o acabarás "encorsetando" el juego (por usar una palabrota de las que tanto te gustan a tí) ;)
Miremos esto:
En el asentamiento orlanthidel clan Estvani, Vargar ha matado a su primo Olgarth en una discusión acalorada. Eso es kinstrife, que según la tradición orlanthi trae el Caos. ¿Ahora qué hacemos?, ¿nos inventamos una regla que nos indique qué posibilidades de que el clan sufra una desgracia relacionada con el Caos y cuál en concreto para estos casos, tipo tabla de encuentros? ¿o dejamos simplemente que el master, en su infinita sabiduría, haga lo que mejor y más convenga a la trama? (que no pase nada porque eso son supersticiones orlanthis que no tienen nada que ver con la realidad, que no pase nada porque en realidad Olgarth no tuvo intención de matarlo, o por ejemplo que un gorp aparezca un buen día en el estanque cercano y la gente no pueda acercarse y le encarguen al bruto de Olgarth que se ocupe del asunto, por animal)
2.-) Con tanto rollo ya no me acuerdo de qué era lo otro que quería decir... ¡Ah, sí! lo de los hechos más o menos cotidianos y su relación con los dioses (que en realidad está bastante relacionado con lo anterior).
Para empezar, vaya por delante que esto depende mucho del talante que el master y los jugadores le den a sus partidas y lo mucho o lo poco que uno quiera alejarse del planteamiento de Glorantha que se nos hace como mundo de fantasía cargado de dioses y mitos que están vivos y pugnan en Glorantha a través de sus adoradores. Pero en mi opinión personal la religiosidad de un personaje (sea jugador o no) es lo que hace que sus actos sean más o menos trascendentes, religiosamente hablando. Todos sabemos que Glorantha es un mundo cargado de mitos y con centenares de deidades de más o menos importancia y con más o menos asociaciones a valores, defectos, virtudes y acciones. En Glorantha casi todos los personajes suelen tener alguna vinculación con deidades o espíritus, o simplemente códigos de conducta que su sociedad entiende como "correctos", pero el fervor de cada uno en su adhesión es ya otra cosa... Si observamos los cultos divinos de RQ, vemos que el grado de compromiso de los personajes va desde el miembro laico (el simple adorador sin fuerte compromiso) hasta el sumo sacerdote (que en teoría consagra su vida al servicio completo de su dios). Así que (por poner un ejemplo tonto) cuando en su casa, Varlana corta el queso y da brevemente las gracias a Eiritha de forma mecánica y sin sentimiento alguno, es posible que Eiritha ni se entere. Pero cuando la sacerdotisa hace exactamente lo mismo, pero cargada de devoción, Eiritha recibe la oración. Esto, por supuesto no tiene consecuencia palpable en el juego: no es un conjuro, no hay ningún mecanismo ni tirada que hacer, y en cuanto a los beneficios... bueno, como suele decirse, queda a discreción del master. En una cosa tan nimia, casi que da lo mismo. Pero pongamos ahora un ejemplo más interesante.
Calibus Clava-Vampiros, ferviente iniciado de Humakt, ha consagrado su vida a la destrucción de todos los vivamorti. Los persigue sin piedad y traza arriesgados planes para acabar con ellos, buscando aliados para llevarlos a cabo con éxito si él mismo no es capaz de enfrentar solo al enemigo. Cuando Calibus acaba con un vivamorti, siente que sirve a Humakt y que camina por el sendero que su dios ha marcado. Siente que está cumpliendo su tarea, o mejor dicho, está cumpliendo la tarea de Humakt en su nombre. Sin embargo no siente esa misma sensación uno de sus aliados circunstanciales (y no humakti) cuando acaba con un vampiro. Puede comprender que ha eliminado un monstruo aberrante, quizá que ha hecho algo beneficioso para su comunidad, pero no tiene conciencia de que "está ayudando a restablecer el equilibrio con el Caos". Y la pregunta clave es: ¿lo están haciendo (uno conscientemente y otro de forma inconsciente)?. Pues nuevamente depende del talante que uno le de a las partidas, pero Glorantha está planteada precisamente de esa forma: hay una lucha Cósmica detrás de todo el trasfondo, detrás de todas las aventuras que jugamos. Al menos la idea del planteamiento de este mundo de fantasía es esa, que luego podemos usarla o no. De similar manera, el ejemplo de la violación también viene al caso: un broo devoto de Thed que hace todas las salvajadas que su diosa preconiza es consciente de que ayuda así a su diosa Caótica a "penetrar" a/en Glorantha (;P), mientras que un violador circunstancial puede que ignore que su comportamiento es el que Thed demanda y favorece, pero el caso es que está "ayudando" a Thed. Y ahora ¿Thed es consciente de los dos actos?. Yo opino que vuelve a ser necesario lo de la categoría de cada personaje: Thed seguro que es consciente de los actos del broo, ya que como iniciado suyo que es dará cuentas mediante sus sacrificios y oraciones, pero Thed ignora que tiene por ahí a un "simpatizante" que inadvertidamente sigue su doctrina.
En fin, como véis, esto de leer al Vadelino y al Inquisidor es peligrosísimo... ¡mirad qué mensaje me ha salido!
Escorpión, de cabeza al psiquiatra (que es uroxi...)
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