[RC] 17ª res de Pwyll el Scald

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Fecha: Sat, 01 May 2004 08:38:22 +0000


  Como no hay manera de enviártela por email...

Que Donandar no permita que flaquee nuestro ánimo, una araña de 10 metros!
La situación es aun más grave de lo que todos creíamos, si recorren el bosque monstruosidades como esa. Intento desesperadamente recordar algo, alguna oscura referencia entre todas las leyendas y poemas que conozco que me pueda dar una pista sobre anteriores experiencias con esos seres, pero la verdad, aparte del conocimiento de que los trolls pastorean sus insectos gigantes domésticos no me resulta familiar nada que se parezca a esta situación. Una infestación de artrópodos monstruosos salvajes!!!

De todos modos la prioridad sigue siendo avisar a nuestra gente en las aldeas orlanthis que bordean los bosques, tras haber cumplido (sigh!) ;P el encargo de localizar el enclave élfico al que nos dirigimos...

La verdad es que los elfos son los que mejor deben conocer la verdad de la situación, y ante una situación de emergencia como la que estamos viviendo no deberíamos descartar la posibilidad de una eventual alianza. Y eso que en principio nuestra idea era hacer una pequeña incursión...

La verdad es que mis compañeros iniciales, Reshall, Logar y Rilko-  (releyendo las resoluciones antiguas he visto que se nos coló un gazapo) ;P nunca se molestaron en aclararme por completo la naturaleza del encargo que deseaban cumplir. Me uní a la comitiva sin saber demasiado de su misión,porque al fin y al cabo no me importaba demasiado en alquel momento... Ahora puedo recordar, con estupefacción ante la ironía del destino, como el único acicate real que me impulsó a unirme a ellos fue el deseo de refugiarme de la persecución del celoso Cernunnos, el cornudo esposo de mi dulce Gwen, que quedó allá en la corte de Eroln de los Volsaxis... Y pensar que todo lo que quería era buscar cierta seguridad personal para no vagar solo por los caminos, expuesto a un encuentro indeseable con un marido vengativo, y me he metido de lleno en una situación tan desesperada que mi vida peligra a cada paso que doy... ;)))))))))))))

Pero bueno, como de costumbre (demasiado de costumbre, diría yo...) ahora toca hacer de tripas corazón y afrontar con valor los retos que algún capricho de los dioses quiera poner en nuestro duro camino!!!

Debo averiguar de una vez qué encargo específico conducía a mi grupo hasta el corazón de este bosque, valorar si la relación con los elfos es de franca hostilidad o no (en lo que respecta a mis tres compañeros) y empezar a jugar la baza de una nueva alianza de compromiso con más "extraños compañeros de viaje" como son los propios telmoris...

Realmente no sé ni siquiera si existe algún patrón que los contratase o la iniciativa partía del propio minotauro. No parece probable pero... Y la verdad, si nuestra relación (en tanto que genuinos orlanthis!) es como mínimo de desconfianza mutua y hostilidad soterrada para con el pueblo del bosque, los aldryanis, tengo entendido que los telmoris se llevan sospechosamente bien con ellos, comparten el mismo habitat sin demasiados conflictos... claro que igual simplemente se ignoran!

En todo caso, la clave ahora es que ya no somos un grupo orlanthi sino una mezcolanza de hsunchen, de hombres bestia y theyalanos... Probablemente los elfos nos juzguen de entrada como telmoris y hasta puede que eso nos conceda una oportunidad de negociación inusual para afrontar esta emergencia. Que aquí el peligro nos amenaza a todos!

Y me temo que una vez más será ahí donde tendré que intervenir yo (jugándome el preciado pellejo) para ayudar a encauzar las cosas...

Desde luego no habré salvado la situación con las armas en la mano, pero va a hacer falta muuuuucha labia para sacarnos vivos de esta!!! Mira por donde, un escaldo en el grupo incluso puede ser de ayuda... (porque aquí sin sentido común y buenas palabras lo llevamos

claro!) ;))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))
)))))))

Nos vemos.
El ladino Pwyll, el Scald.

PD: Y encantao de volver a jugar, amigo mío! ;)











Perdón por lo de Rilko. Es un personaje que está con otro jugador, y los he mezclado.

        Intentas recordar algo sobre los trolls, algo que te pudiera ayudar en este trance. Mas al cabo de un tiempo, lo único que recuerdas es que en vuestro territorio, desde que tú eras un chico, no habéis vuelto a ver a uno de esos seres, y se supone que comerciaban con vosotros y algunos pasaban de camino por vuestras tierras en peregrinación al Dagori Inkarth…

        En los albores de esta mañana, víspera del día divino, avanzáis a través de la espesa foresta. Te parece extraño no encontrar ningún elfo, más aún desde que aquella noche intentasen atacarte, pero no habéis avistado a ninguno a pesar de estar tan próximos a su poblado. Expones tus pensamientos a Reshall, y previa traducción, el asentimiento de los Telmori se hace unánime. Te enteras de que te han llamado Grácil Ruiseñor…

        Se acerca el mediodía, y los árboles van haciéndose cada vez más densos. Lobo Solitario os dice que os fijéis en el suelo, y aparte de pisadas tremebundas de insectos, os hace especial hincapié en que veáis que el suelo está bastante seco, y aunque estáis en la estación más calurosa, parece como si llevase más de un año sin llover. Los árboles, ahora que os fijáis más, cuanto más avanzáis más parecen cáscaras vacías que se romperían ante el más leve roce… y sientes un escalofrío que recorre tu cuerpo al pensar qué ocurriría si alguien prendiese fuego…

        Almorzáis las últimas piezas de carne especiada. Reshall y Lirruk están en todo momento muy inquietos. Sin apenas tiempo de descansar retomáis la marcha.

        No ha pasado ni una hora cuando entre los troncos de los árboles avistáis una pequeña construcción de piedra. Cuando llegáis a ella veis que es una construcción anexa a un gran árbol hueco, a la que no podéis acceder por ningún lado. Dais la vuelta al árbol y, tras quitar una inmensa maraña de hojas secas, veis una puerta de madera, integrada en la propia corteza. Cuando Reshall se dispone a abrirla, le detienes con un grito… has escuchado algo moverse dentro. De repente, el bosque toma vida a vuestro alrededor. Se escuchan ruidos por doquier, de seres en movimiento, acercándose. Todos están desconcertados. Los Telmori, en general, parecen bastante enfadados con tu reacción. Pero Reshall te pide que embraces el escudo y cojas tu arma, presto a defenderle. Pase lo que pase ha de abrir la puerta. Lirruk y Rurirk se ponen a cada lado, a la espera de atacar a lo que salga antes de que llegue a ti. Reshall abre la puerta y un largo gusano con tres púas por boca salta casi del suelo hasta llegar a ti. Erguido, mide más de dos metros, y aunque la espada de Rurirk atraviesa su carne, el embite llega a ti, que antepones con premura el escudo, sólo para sentir que levanta la carne al atravesarlo (18 de daño, menos 12 del escudo, entran 6, por lo que te quedas con -2 en el brazo y pierdes 3 puntos de golpe generales, estás en 10 ya. El escudo pierde 1 de armadura). Caes al suelo del empujón, y el gusano intenta aplastarte contra el suelo. Ruedas sobre ti mismo, y te alejas de él. Cuando te levantas, la infecta criatura está en los últimos estertores recibiendo una manta de golpes de todos tus compañeros.

        Lobo solitario cura levemente tu herida (Curación 3, pasas a tener un punto de vida en el brazo, pero no recuperas generales) y mientras, Lirruk prepara una linterna que trae escondida, la revisa, carga de aceite y enciende. Vislumbráis el interior del árbol, y pasáis al interior atrancando la puerta. Los bichos llegarán en seguida.

        Reshall te echa una mirada de aprobación, en la que empatizas a vislumbrar cierto agradecimiento, y enciende una antorcha. El árbol está hueco, y medirá unos doce pasos de radio. Las paredes son bastante gruesas, de al menos tres pies de espesor. Avanzáis hacia donde estaba la piedra y allí vislumbráis una puerta de mármol, y unas runas e inscripciones, alguna en weneliano, que traduces en breve. Son pequeñas odas y alabanzas a Ernalda.

        Al cabo de un rato, averiguáis que el árbol era un templo de Babeester Gor, la Sagrada Vengadora que murió defendiendo a Ernalda, y dentro del templo hay un anexo de piedra, donde los extranjeros pueden rendir culto a la Diosa de la tierra.

        La madera tiembla, el movimiento en el exterior es muy intenso. Habéis atrancado la puerta de piedra, y os encontráis afinados entre muros de piedra y tierra, confiando en no ser asaltados en tropel. Os apiñáis todos en el centro de la habitación, y codo con codo esperáis a que pueda ser el momento en que los bichos se vayan.

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No se van. El ruido es tal que teméis que en cualquier momento puedan entrar. Oís el crujir ahora de la madera más intenso, han echado la puerta abajo del árbol, y están repartidos por la sala.

No puedes aguantar el estrés, necesitas moverte. Estáis todos espalda contra espalda.

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        No sabes cuánto tiempo ha pasado, pero te estremeces al oír a un insecto chocar contra la puerta de mármol de donde estáis. El crujido y el sonido líquido indica que no ha sido una buena idea para la capa que cubría al pobre bicho.

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        Silencio en el exterior. Lleváis mucho tiempo sin comer. Reshall se apoya contra la puerta, escucha, y os indica que os echéis a dormir. Por señas, organiza las guardias. Tienes suerte, te toca la primera.

        Las guardias son de uno. Solo, en la total oscuridad para ahorrar material, apoyado contra la puerta, cuentas los segundos para no perder la atención. Cuando acabas, llamas al telmori que te sigue, y te echas a dormir, confiando en que mañana no amanezcas muerto.

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