> A mi me gusta eso de la lógica aplicada a las reglas PERO con la
> narración mantenida al mismo tiempo.
> Sea:
>
> reglas = Medusa es "mu fea" ASP 1, tiene como "poder mágico"
> transformar en piedra automáticamente a cualquier ser que cruce su
> mirada "directamente" con la suya, dentro de una distancia acorde
> con la capacidad visual de dicho ser. En combate cada asalto se debe
> tirar PERx5 para saber si accidentalmente se cruza la mirada con
> Medusa. La cara de medusa puede contemplarse sin sufrir
> petrificación, siempre que no se haga directamente sino de manera
> indirecta a través de espejos, cristales pulidos, etc.
>
> narración = El rostro de medusa es tan horrendo que cualquiera que
> lo contemple queda convertido en piedra para siempre. Los que han de
> luchar con una medusa procuran vendarse los ojos y enfrentarla de
> tal modo, aunque cuenta la leyenda que su mirada no es tan dañina si
> se solo se la contempla a través de un reflejo en espejo o agua.
¿Y cuál de las dos es más "real" (realidad ficticia)? Quiero decir... ¿cuál es la "realidad ficcional" que representas, que recreas, que simulas?
Hay alguna tendencia entre los roleros a considerar que las reglas representan la realidad del mundo y los adornos narrativos son sólo atrezzo sin mucha importancia; lo importante es que la Medusa tiene un "poder mágico" y eso se queda en el subconsciente del rolero. Así nuestro vadelino: si pones algo en las reglas estás dando razón a su existencia; si las reglas no dicen nada es pura superstición. Defíneme qué utilidad práctica tiene exactamente sacrificar un becerro a Orlanth o si no es pura parafernalia.
Como sabéis, no me gusta insistir en la exactitud de la representación de las reglas, ni siquiera desde una óptica simulacionista. Mi simulacionismo intenta superar el constreñimiento que suponen las reglas (pongamos ¿qué representa la tirada de PERx5 con la medusa? No es nada que se pueda medir exactamente, es sólo un instrumento). Aún así, suelo preferir la óptica narrativista. El rol no es sólo narración, pero yo destaco esa parte, y en ese sentido tiene una continuidad con los narradores de cuentos y leyendas que subsisten desde tiempos inmemoriales.
Para mí la realidad ficticia que se recrea es la historia que se narra y punto. Las reglas no me sirven para pensar qué es lo "real" y construir la narración a su alrededor. Al contrario, son un INSTRUMENTO para contar la historia de manera compartida y con incertidumbre. Si las reglas no nos sirven para contar la historia que queremos contar, o bien nos las saltamos, o bien las cambiamos.
Saludos,
Antonio
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