Ya que sale el tema aprovecho para comentar unas cosillas.
¿Nadie se ha fijado en que el Formar/Colocar (sustancia) permite
conseguir magos tipo AD&D?
Ejemplo. Por 3 PM el mago moldea 3 kilos de roca. Tras ello, con un nuevo gasto de 3 PM los arroja contra el enemigo con un daño potencial de 3D3 daño y con unas posibilidades de impacto de DESx3. ¡¡No solo eso, el ataque puede repetirse una y otra vez a lo largo de toda la duración del conjuro!! La única desventaja es que hay que gastar 3 PM más por cada nuevo ataque, pero un mago bien cargado de PMs... Y luego hay quien se queja de la pirotecnia!! :D:D:D
¿No os parece excesivo?
Yo siempre he visto el Formar/Colocar como un típico hechizo para
magos de estilo a los que le gustan al Vadelino, y nunca he empleado
la versión ofensiva.
Yo, la verdad es que comprendo ese gusto por unos magos distintos a los de otros juegos. Un mago lento y maquiavélico, es más, aunque acepto los dos tipos de hechicería en mis partidas como distintos enfoques, me gusta más la de RQIII (sin que la INT-libre me produzca un problema).
Y desde luego el formar colocar no convierte a los magos de RQIII en alguien con posibilidades en una pelea. En el ejemplo de Fer, 3D3... bueno, no es un daño muy alto comparado con un arco, por ejemplo, con posibilidad de empalar. Si sumamos a esto la necesidad de que el conjuro salga, el gasto en PM´s que el porcentaje es más bien bajo... en fin, "una mierda pinchada en un palo" :))))))))))))))
Desde luego un mago RQIII puede llegar a ser realmente mortífero, al más puro estilo D&D, con paciencia y mala leche. Volviendo al ejemplo de Fer, imaginemos que sólo utiliza un kilo, pero que a este le hace un aumentar daño brutal, ayudado a su vez con una destreza aumentada mágicamente e incluso desde una distancia prudencial para no recibir ataques... Es capaz de montar una muy gorda. :)
Pero también es cierto que si un mago llega a esos niveles y el jugador elige ese tipo de mago, tampoco tiene lógica prohibírselo o coartar su libertad para hacerlo.
En mi mesa se sentaba un mago con una mala leche de cuidado. Lo que más le gustaba era acercarse a sus rivales y retarlos con una bofetada con su guante. El caso es que al guante le tenía lanzado un aumentar daño que casi les hacía volar la cabeza cuando les golpeaba "inocentemente". En resumen, un cafre.
Un saludo,
Ethaniel
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