> Al callo: ¿No os dais cuenta de que permitir que cuando
> un individuo se aparta de su modus vivendi típico y tópico
> "empiece a transformarse físicamente" implica que nos vamos
> a ver obligados a definir categóricamente EL BIEN Y EL MAL?
> Un elfo bueno es el que adora a Aldrya y sigue su camino!
> Un uz bueno es aquél que no se desvía del culto a Kiger Lytor!
> ¿Nos tenemos que quedar siempre atados al estereotipo para
> no ser transformados en "bichos raros intermedios"?
Totalmente en desacuerdo con la conclusión (aunque yo no exageraría demasiado el cambio físico en todas las cosas, simplemente para no sobrecargar el trasfondo con demasiados fuegos artificiales: así cuando saques los fuegos serán más sorprendente).
No implica definir categóricamente el bien y el mal. Las culturas sí que harían eso: verían el rasgo del susodicho como una manifestación de su apartamiento del camino. Si es una campaña élfica donde el punto de vista de los elfos predomina en la descripción, parecerá que esto es objetivamente cierto (como cuando Tolkien describe todo desde la perspectiva de los buenos, o como cuando yo, lunar de pro, por otra parte, describo en las campañas orlanthis a Shepelkirt como una herida sanguinolenta en el costado de Orlanth). Siempre hay tiempo para las sorpresas contraculturales, claro, bien administradas, "All that is gold does not glitter/not all those who wander are lost".
Significa simplemente que las acciones de los personajes pueden tener consecuencias. Que toda acción significativa tiene consecuencias. Y cuando uno actúa y sabe las consecuencias tiene que estar dispuesto a asumirlas. Las consecuencias pueden ser sociales, físicas, personales... y en mundo mágico, también pueden ser mágicas si queremos un poco de fuegos artificiales.
Bien, supongamos que abandonando el camino de Aldrya vas perdiendo la runa vegetal... ¿y es eso malo? ¿eso te convierte en un monstruo? ¿Por qué? Eso es elegir arbitrariamente el punto de vista de los elfos. Desde el punto de vista de los humanos la cosa está clara: los monstruos son los putos elfos, árboles con patas. Demonios, la pérdida de la runa vegetal puede probar que incluso los elfos tienen salvación.
Por supuesto, un elfo desenraizado ha sido criado como un elfo y la pérdida de lo que él era antes puede desencadenarle culpabilidad. Si sucumbirá o no a esa culpabilidad o buscará adaptativamente una justificación y una legitimación moral para lo que le está pasando, eso es asunto suyo, y es su historia.
Pero elegir un camino o una opción no es una cosa frívola, sino que implica resultados diversos. Yo no veo que sea más concluyente (en mundo mágico) el resultado de que cambie su aspecto físico que el hecho de que toda su familia lo repudie. Ambas son consecuencias, que, depende de por dónde se mire, le dan la razón o se la quitan.
Es igual que el humakti que traicionó su voto de decir siempre la verdad y mintió jurando por Humakt para salvar al grupo (o algo asín). La justicia poética pedía que no pudiera empuñar la espada, que fuera maldito por Humakt, que se convirtiera en una especie de ronin. ¿Y eso significa que no tenía la razón? No necesariamente, eso vuelve más heroico al traidor, porque sabía que su sacrilegio iba a implicar un castigo divino y aún así fue capaz de traicionar a todos sus ideales para salvar a sus amigos y reducirse a un paria.
En la campaña carmaniana (no leas Dani, por si acaso, aunque no doy pistas de la verdad), Bicho nació con una deformidad: parece ser subnormal y es claramente hermafrodita. Parece que la causa de su deformidad (aunque no está claro) es el "terrible" incesto que cometieron sus padres. Y sin embargo, en el sueño de Sherezade se muestra como el Andrógino, la coincidentia oppositorum, la unión de los opuestos que trae la Redención.
O en la campaña tarshita, los "gemelos" de las gemelas son producto de un sacrilegio: un acto sexual practicado con un Embacuador en un recinto sagrado de la tierra. Y sin embargo, son o parecen ser los gemelos largamente profetizados, héroes tarshitas reencarnados. En toda la literatura heroica, los héroes son muchísimas veces contraculturales: sus transgresiones de todo tipo de tabúes y tradiciones son las que arrastran la historia a su fin. En la sociología moderna se habla del carácter ambivalente de la desviación (aberración, de ab erratio) social: peligro para la estabilidad del sistema, única posibilidad de cambio social y evolución.
Saludos,
Antonio
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