> Si un sacerdote politeísta hace magia no pasa nada, pero si es uno
> monoteísta impone su monoteísmo y aniquila todo el resto de
>iglesias!
No estoy en absoluto de acuerdo, pero ya lo hemos discutido muchas veces y no creo que pueda convencerte. Estamos ambientados en la tierra del pasado, entre gentes con una mentalidad más claramente mágica que la nuestra, con la salvedad de que las cosas que creía la gente más o menos funcionan de verdad (con independencia de que les demos más o menos sutileza). Exactamente igual a que como ocurre con Glorantha, las interpretaciones variarán. Si es necesario podríamos añadir incluso intepretaciones extrañas, vi en algún autor racionalista del siglo XVIII explicar científicamente las razones por las que la gente suena las campanas de las iglesias para hacer llover. Si queremos meter a algún anacrónico ateo es simplemente la fe de la gente la que obra los milagros. Si optamos por una visión moderadamente postmoderna, como la que he elegido yo para mis reglas, similar a la de Glorantha, sencillamente en el Mundo-Mágico hay una especie de más allá insondable con el que la gente se comunica, cada uno a su manera y obtiene beneficios. En este caso, nadie se desplaza al plano divino y la geografía del más allá está menos clara. La gente propicia lo trascendente y consigue cosas.
Lógicamente los milagros se interpretan en clave de fe. Si el cristiano realiza el milagro para él será la prueba irrefutable de que sus creencias son ciertas (y si no le sale la culpa será de su falta de fe o de la inexorable voluntad divina, aunque podría sufrir una prueba en su fe). En cambio el politeísta interpretará que el cristiano tiene su propio dios que trabaja por él, como todo el mundo. Si un judío escribe el nombre de Dios en una hoja de papel y lo introduce en una figura de arcilla y anima un golem, está realizando un conjuro de animación de estatua de barro como ya hacían los egipcios.
Para el cristiano, el prodigio del politeísta no significa nada. Es obra del demonio, o de los demonios, o de seres sobrenaturales a los que no se reconozca naturaleza demoníaca como espíritus, fantasmas, hadas, nephilim, etc. En la Biblia aparecen falsos profetas y en el nuevo testamento se hace referencia a falsos predicadores con falsos (pero eficaces) milagros, como Simón el Mago. En muchas ocasiones la mentalidad mágica (en unos y en otros, monoteístas o no) lleva a pensar que la magia se produce por una especie de leyes (asimilables a las leyes físicas), por supuesto es una abstracción de la creencia pero pongamos un ejemplo: misas de difuntos por personas que no han muerto (para que se mueran), si la Iglesia llegó a prohibirlas es porque se hacían, no creo que encajen en el concepto de "magia cristiana" y sin embargo todo el mundo entendía la lógica-mecánicam ágica: si te hacen un funeral cristiano y estás vivo, atraen la desgracia sobre tí. Así, muchas supersticiones populares no se han considerado idolatría, demonología y ni siquiera mágica, sino aplicaciones prácticas a como el mundo funciona.
La perspectiva subjetiva que demos dependerá del grupo de juego. La perspectiva objetiva son las reglas de magia. Lo que no se puede hacer (o, para mi gusto no conviene) son unas reglas contaminadas que digan, "como el que tiene razón es el Dios cristiano, no hay reglas, sale el milagro o no en función de la voluntad divina y punto", o bien "para no darle la razón a los milagreros cristianos, todas las tonterías mágicas en las que creen son mentira y no tienen efectos mágicos y en cambio las tonterías mágicas de sus vecinos funcionan perfectamente". Lo que hay que hacer son unas reglas equilibradas que permitan recrear las historias mágicas de las diferentes culturas, monoteístas o no.
Cuestión aparte es la obsesión moderna en subrayar el carácter todopoderoso del dios cristiano frente a los demás dioses, que proviene de un sesgo catequético aunque a veces se utilice en sentido contrario. El título de Todopoderoso me lo he encontrado desde himnos a Somash, que no es precisamente el dios sumerio más grande; los acadios creían en unos dioses totalmente trascendentes e inalcanzables, no como los dioses griegos homéricos. Muchos griegos distinguían claramente entre los dioses "del cuento" Homérico, como el Zeus que allí aparece y el Zeus Auténtico, trascendente, padre de todos y todopoderoso (incluyendo magias de adoradores) Zeus pater (griego), Dyauspitar (hindú), Júpiter (romano), Dios Padre, o lo mismo aplicado a otros dioses. La expresión "no hay más dios que..." los egipcios la empleaban con el dios que se terciara (incluso tienen una expresión que viene a significar "Dios" y que utilizaban para la divindad en general o en particular). Los hindúes son monoteístas y politeístas al mismo tiempo y en sus historias los propios dioses hacen sacrificios para obtener poderes. La mayoría de los animistas que se han encontrado por ahí son una especie de monoteístas.
> (o al menos los de referencia aquí) son exclusivos, incompatibles...
> Claro que puedes aplicar una manifestación de poderes más o menos
> equivalente de la de un "usuario de magia pagana politeísta" pero
> aunque equilibres las reglas de juego no evitas el problema del
> trasfondo: si EXISTE un Dios Todopoderoso es mejor apuesta que
> cualquier diosecillo limitado, sobre eso no cabe discursión...
Por supuesto el cristiano cree que su dios es realmente Todopoderoso y los de los otros no. Pero el pagano no tiene por qué creer eso. Tenemos unas reglas que definen cómo la magia funciona en la historia y luego ya les ponemos trasfondo, interpretación y explicación en función del contexto.
La alternativa es peor. La magia de todo el mundo funciona excepto la superchería de los monoteístas. Válida para cierto tipo de campañas igual que la catequética ;-)) pero poco útil como regla general.
> Por eso Glorantha apostó por un Dios Invisible que no da magia.
Mentira. Pregúntale a un mago rokari QUIÉN LE DA SU MAGIA, DE DÓNDE PROVIENE. La clave está en la interpretación de lo que ocurre. Las reglas sólo son elementos para construir lo que ocurre en la historia.
> Ya no es que se defina así "solo para ellos" como de costumbre,
> sino que la comprobación de que su DIOS TODOPODEROSO existe es
> tan determinante que anula a todos los demás. Porque según su
> credo "sí que existe una verdad única, que es el Todopoderoso".
> (a diferencia de inventos graciosos como la verdad fragmentada)
Ni siquiera hace falta plantearse lo de la verdad fragmentada. La gente tiene creencias, la gente hace rituales, la gente hace magia, la gente obtiene beneficios e interpreta sus beneficios conforme a sus creencias cómo hace con el resto del mundo. No hace falta más para jugar. No hace falta definir si el río lo creó Dios o sí Anansi la Araña lo dibujó cuando salió de las montañas a la hora de cruzarlo. La magia es un elemento más, un objeto más del mundo.
Si quieres puedes definir que la Cábala judía proviene de su conocimiento de verdades matemáticas existentes conforme a leyes físicas impersonales, que en realidad están siendo engañados por una civilización extraterrestre, que el Dios cristiano da poder a los judíos para poner la fe de los cristianos a prueba o que el inexorable Baal continúa sobreviviendo desaparecidos sus adoradores con una nueva metodología. Para el caso es lo mismo, partimos de que la magia funciona y hacemos unas reglas.
> Vamos, que tal como yo lo veo la "confirmación" (¿o la comunión?) ;P
> NO DEBERÍA APARECER NUNCA EN EL JUEGO. Salvo para partidas beatas!
> (de esas en las que la verdad única era la del santo de marras...)
Aplicando la misma lógica tampoco podría aparecer la confirmación de su falsedad, y partimos de que queremos recrear la magia.
Un egipcio hace una ofrenda en el templo para que se cure su hijo. Tira por magia.
Un cristiano hace una ofrenda en el templo para que se cure su hijo. Superchería.
> O nos mantenemos en la ambigüedad y el "parece que sí, pero..."
> o se nos va la cosa de las manos y ya la hemos cagado!!! ;)))
La ambigüedad déjala para la interpretación de lo que ocurre. Salvo que queramos introducir una narratividad máxima de esas en las que el master decide lo que sucede o lo que no, necesitamos unas reglas de magia.
Saludos,
Antonio
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