Recientemente se ha discutido bastante (creo que hablar en pasado es incluso incorrecto) sobre cómo están montadas las reglas del combate de RQ. Sobre el acierto o desacierto de dividir en asaltos el mismo. Y por extención, sobre el funcionamiento de las armas en ese contexto.
En mi opinión, RQ tiene el sistema más "equilibrado" posible entre jugabilidad y detalle. Digo esto porque en mi experiencia, cada vez que hemos intentado descender más hacia la simulación, nos hemos alejado dramáticamente de la jugabilidad. Y viceversa, por supuesto.
Además, se une a todo esto el hecho de que esto del combate no lo diseñó un pardillo que no había visto una espada más que en las películas... lo diseñaron personas de la SCA, que son gente que se pega con espadas en vivo y recrea los torneos de la época medieval. Así que saben del tema.
¿Que en la realidad se pueden pegar una combinación de cuatro golpes en menos de 12 segundos con una espada?, claro. ¿Que en la realidad un tío armado con un espadón se carga a uno con una daga sin que este tenga una mínima posibilidad?, por supuesto. ¿Que en la realidad un tipo con una daga puede agarrar la lanza larga de otro y echársele encima para apuñalarle la garganta?, sin duda. ¿Que en la realidad dos tios armados con espadones pueden combatir perfectamente en combate cerrado el uno contra el otro?, os sorprenderéis, pero también.
Todas esas situaciones (y otras muchas) se dan en un combate en vivo y no son fáciles de simular en un sistema que hay que reglamentar pensando en lo "general" o "habitual" para recrearlo en la imaginación. Las reglas principales se hacen para cubrir la generalidad, luego vienen las pequeñas reglas que tratan las excepciones o situaciones particulares que van redondeando la simulación. Y fuera de todo eso vienen otras situaciones que se escapan, por salirse demasiado de la norma.
Los que jugamos a RQ podemos hacer varias cosas con el sistema general: mantenerlo tal cual, mantenerlo añadiéndole o cambiándole pequeños detalles (más pequeñas reglas para tratar excepciones) o hacer un cambio drástico.
Sinceramente, yo no me atrevería con la tercera, no solo porque me parezca innecesario, sino porque no se me ocurre otra forma de simular con detalle un combate cuerpo a cuerpo sin hacerlo infinitamente farragoso (y eso que yo soy un wargamero escalofriante)
Para mi, el combate de RQ está bien como está. Permite hacer casi todo lo posible y mucho de lo imaginable (otra cosa es que la gente que sólo conoce el combate cuerpo a cuerpo por lo que sale en las películas imagine cosas que cree posibles o comunes cuando no lo son).
En el ejemplo manido del espadón y la daga. Pues mirad, pongamos en un anfiteatro a un caballero armado con un espadón (un arma que suele medir 1'5 metros o más) y a otro con un daga (que mide unos 25 cm). Supongamos que ambos son diestros en el manejo de sus armas y nos olvidamos de la magia. ¿Qué ocurre en la realidad?. Pues que el del mandoble comienza a blandir el espadón en dirección al otro, que no puede (ni quiere) acercarse a su oponente para atacarle. En la realidad, un tipo armado con un mandoble puede blandirlo con la suficiente cadencia como para hacer que sea imposible aproximarse a él a menos que se bloquee su arma con otra o se interrumpan de algún modo sus combinaciones (¿con una daga?). Lo normal es que el de la daga retroceda y retroceda manteniendose desesperadamente fuera del alcance de filo enemigo o le tira la daga por si suena la flauta y directamente sale corriendo y se larga. ¿Qué ocurre en RuneQuest?. Lo que todos sabemos: el de la daga tiene su oportunidad de atacar normalmente. Incluso se le puede ocurrir detener. Esto, no nos engañemos, es ilusorio según se desprende de los combates que se realizan en vivo.
Y voy más allá, para cada pareja de armas que se enfrentan en un combate, existen una serie de particularidades, tácticas, maniobras, espacio necesario, etc.
No nos engañemos: es un juego y simula más o menos un combate, pero por favor, no pretendamos buscarle hasta el más mínimo detalle de realismo. Cada uno que quite o añada lo que le convenga o crea necesario, pero tengamos en mente siempre lo lejos que nos quedamos de la realidad. Cuando entendamos esto, nos daremos cuenta de lo equilibrado que es el sistema.
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